Un constante peregrinar de familiares, amigos y vecinos de los chicos fallecidos en el accidente de autobús en Monterrubio de la Serena reina esta tarde en el Pabellón Polideportivo local, donde sólo el color de las coronas de flores contrasta con el luto de quienes velan los cuerpos
El Polideportivo acoge la capilla ardiente, donde, abrumados por el dolor y el calor que sólo calman potentes ventiladores, los familiares y otros allegados de las víctimas, así como gran parte de los vecinos, rodean y acarician los ataúdes.
El trasiego de numerosas personas de la comarca, todas notablemente afectadas por el siniestro, continúa hora tras hora y se prevé que se mantenga durante la noche y la mañana de mañana, cuando se celebrará el sepelio.
La tía paterna de uno de los fallecidos, Javier Paredes, Guadalupe Paredes, ha dicho que la familia está "fatal" y que la situación que sufren en estos momentos es "horrible e insoportable".
Además, Guadalupe ha aseverado que su sobrino Javier era una buena persona y que momentos antes del accidente y ya cerca del pueblo llamó a su madre para decirle que ya llegaba.
"Kilómetros después se mató", ha agregado.
Numerosas filas de asientos están ahora ocupadas por todo tipo de personas para expresar sus sentimientos de dolor por estos niños y por las heridas sufridas por otras trece personas cuando el autobús que los traía desde la cercana localidad de Castuera, donde el CD Monterrubio de fútbol sala -equipo en el que militaban y que se había proclamado campeón de grupo tras vencer al Herrera del Duque-, se encontró con una retroexcavadora.
En ese momento, según ha dicho hoy uno de los niños supervivientes, Juan Esteban Pérez, el conductor del autobús trató de esquivarla, pero volcó en la cuneta de la carretera que une ambas localidades.
A excepción de los aledaños del Polideportivo, las calles del pueblo permanecen prácticamente desiertas y casi todos los bares, restaurantes y comercios, entre otros establecimientos, están cerrados por luto.
En esta línea, el Pleno del Ayuntamiento ha declarado esta mediodía, en el transcurso de una sesión extraordinaria, tres días de luto oficial y ha suspendido las fiestas patronales de San Isidro.
Tanto la traída del Santo desde su Ermita hasta la localidad, que iba a tener lugar mañana, como las fiestas, que iban a comenzar el próximo día 15, han sido suprimidas por el Consistorio Municipal.
Durante la jornada, el alcalde ha lamentado la tragedia que ha sufrido su localidad y ha resaltado que todo el vecindario ha colaborado desde la noche de ayer, cuando ocurrió el suceso, aportando sillas, café y alimentos a los afectados.
En el Pabellón también han estado presentes autoridades como la consejera de Cultura y Educación, Trinidad Nogales, que ha señalado que el Gobierno regional ha puesto todos los medios a su alcance para "mitigar estos momentos tan trágicos".
Ha calificado el siniestro como "una bofetada" y que los fallecidos "eran parte de nosotros y se nos han marchado".
A su vez, el presidente de la Diputación Provincial de Badajoz, Valentín Cortés, ha dicho que es "un día muy triste" y que "el dolor de Extremadura y de España tiene hoy su ubicación física en este Pabellón de Monterrubio" ya que se han "truncado" unas vidas muy jóvenes que tenían todo el futuro por delante.
A su vez, el secretario general de UPA, Lorenzo Ramos, ha dicho que dos de los padres de los fallecidos y uno de los heridos son "militantes de la organización y amigos desde hace muchos años", al tiempo que ha manifestado su apoyo a los "destrozados" familiares y amigos.
El director de Comunicación de Cruz Roja de Cáceres y uno de los responsables del operativo de la entidad humanitaria, Vicente Mangón, ha explicado a Efe que 35 afectivos entre psicólogos y trabajadores sociales, además de otro personal, trabajan para atender a los familiares y amigos afectados de lipotimias, ataques de ansiedad y debilidad, ya que "se olvidan hasta de comer".
Se da la circunstancia de que el cura que oficiará mañana el funeral es José María Pino, quien ofició también el sepelio por los muertos en los hechos acaecidos en 1990 en la cercana localidad de Puerto Hurraco.
