ESPAÑA

Ocaña, Burgos, El Dueso y San Sebastián, cárceles que resisten al tiempo

centro-penitenciario-de-ocana-en-toledo-efe
photo_camera El centro penintenciario de Ocaña en Toledo.

A lo largo de sus más de 300 años de historia, el toledano edificio de Ocaña ha tenido diferentes usos y, por ejemplo, durante la Guerra Civil fue empleado como hospital por el ejército republicano.
 

La cárcel Modelo de Barcelona agoniza, la madrileña de Carabanchel ya murió, pero otros cuatro históricos penales, los de Ocaña I, Burgos, El Dueso y San Sebastián, resisten el paso del tiempo, de los años e incluso de los siglos, aunque la de Donosti tiene los días contados.

Esta misma semana ha comenzado el derribo de la Modelo de la ciudad condal tras años de masificación y protestas por la situación de este vetusto centro inaugurado en 1904 y que, pese a sus 111 años de historia, no es el más antiguo de España en funcionamiento, puesto que la cárcel de Ocaña (Toledo) se inauguró en 1701.

A lo largo de sus más de 300 años de historia, el toledano edificio ha tenido diferentes usos y, por ejemplo, durante la Guerra Civil fue empleado como hospital por el ejército republicano.

Hoy cuenta con unos 500 reclusos, de los que la mayoría trabajan en talleres en los que fabrican desde equipos de aire acondicionado para trenes de alta velocidad hasta mobiliario para otras prisiones, a cambio de un salario que ronda los 600 euros.

Las de San Sebastián (1948), Burgos (1932) y El Dueso, en la localidad cántabra de Santoña (1907), figuran también entre las cárceles más antiguas, mientras que la de Carabanchel, de la misma época que todas ellas -se inauguró en 1944-, no resistió el paso del tiempo: fue desmantelada en 1998 y derruida diez años después.

Sus rejas fueron testigos de motines como el de 1977, cuando los presos subieron a los tejados y la Policía tuvo que emplear gases lacrimógenos y balas de goma para frustrar el intento, que acabó con 50 heridos, o el de 1984, cuando un funcionario fue secuestrado por tres presos que exigieron heroína a cambio de liberarlo.

Carabanchel también fue el escenario de las célebres fugas de Ignacio Alonso, que se escapó en 1983 cambiándose por su hermano gemelo, y de la del portugués Serra Portela en 1997, que fue tiroteado y capturado por la Policía al llegar a territorio luso.

Fernando Sánchez Dragó, Enrique Múgica, Miguel Boyer, Nicolás Sartorius, Javier Pradera, Marcelino Camacho o José María Ruiz Mateos son algunos de los inquilinos que acogió el penal madrileño, cuyo final estuvo marcado por protestas vecinales que reclamaban que parte de la cárcel se convirtiera en un museo.

Tampoco ha llegado a nuestros días la Modelo de Valencia, que dejó de prestar servicio en 1993, mientras que las prisiones que sobreviven se han reformado y adaptado a los nuevos tiempos.

Como el penal cántabro de El Dueso, que albergó durante años a presos nacionalistas o de izquierdas, de ANV, PSOE, PCE, CNT, UGT, PNV, ELA, Izquierda Republicana o Unión Republicana, entre los que figuran 14 presos cántabros y vascos fusilados en 1937.

Allí cumplieron condena "ilustres" como el general Sanjurjo, Antonio Buero Vallejo, Ramón Rubial, Eleuterio Sánchez Rodríguez, el Lute, o Rafael Escobedo, que murió ahorcado en su celda.

La realidad del centro es hoy bien distinta y se considera un modelo del sistema penitenciario español: en 2006 fue el primero en disponer de ordenadores con acceso a internet, y en los últimos años los reclusos han participado en la limpieza de las marismas de Santoña.

No muy lejos de Cantabria, a las afueras de Burgos, se sitúa la cárcel que muchos presos del franquismo conocieron con el sobrenombre de "la Universidad", ya que eran varios los reclusos que estudiaban Contabilidad, Filosofía o idiomas.

También eran frecuentes los debates, e incluso llegó a celebrarse un homenaje a Federico García Lorca organizado por el poeta Marcos Ana.

Precisamente, en recuerdo a los presos políticos se inauguró en 2007 una placa de homenaje en la fachada de la cárcel, que ahora destaca por sus talleres de empleo, un motivo por el que internos de otros centros han pedido ser trasladados a Burgos.

Finalmente, la cárcel de San Sebastián, ubicada en el barrio de Martutene, tiene sus días contados y será sustituida próximamente por el futuro centro penitenciario Norte III, que se construirá en Zubieta, barrio que pertenece a Donostia y Usurbil.

La clausura de Martutene fue ya considerada "prioritaria" en 2005 por quien era directora de Instituciones Penitenciarias, Mercedes Gallizo, que destacó entonces las "malas condiciones" del recinto.

Tanto la Modelo de Barcelona como la de Carabanchel comparten con algunas de estas cárceles veteranas características, como estar situadas en núcleos urbanos o rodeados de viviendas y otros equipamientos, a diferencia de los centros más nuevos, que suelen estar más apartados.

En la actualidad quedan tres cárceles de los años 70 (Herrera de la Mancha, Madrid I y Alcázar de San Juan), otros tantas de los 60 (Bilbao, Soria y Santa Cruz de la Palma) y dos más de los 50 (Ceuta y Teruel).

Sin embargo, la mayoría de los 68 centros entraron en funcionamiento en los años 80 y 90, cuando la población reclusa pasó de menos de 20.000 presos en 1980 a más de 45.000 en 1999. Hoy, pese a la tendencia a la baja desde 2010, la población penitenciaria es de 65.000 reclusos.

Cárceles distintas las de antes y las de ahora, en su fisonomía y en cierta forma en el perfil de sus huéspedes más vips, que han pasado de ser presos políticos a políticos condenados por casos de corrupción.

Te puede interesar