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Podemos llega a Vistalegre II atrapado en su laberinto interno

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photo_camera Íñigo Errejón y Pablo Iglesias.

Tras no haber sido capaces de lograr un acuerdo para llegar juntos a Vistalegre II, Pablo Iglesias e Íñigo Errejón han hecho más que evidentes sus diferencias

La cuenta atrás para la Asamblea Ciudadana de Podemos ya está en marcha: mañana a las ocho de la tarde se cierran las votaciones y el resultado se presenta incierto tras unas semanas en las que el partido morado ha quedado atrapado en un bronco debate interno sin poder escapar de su propio laberinto.

Tras no haber sido capaces de lograr un acuerdo para llegar juntos a Vistalegre II, Pablo Iglesias e Íñigo Errejón han hecho más que evidentes sus diferencias, acentuadas estos días de campaña con declaraciones y acusaciones que hacen muy difícil pensar en una reconciliación a corto plazo, aunque en Podemos -como ellos mismos dicen- todo puede pasar.

La Asamblea Ciudadana decidirá el rumbo político y la nueva dirección de Podemos, y el problema puede llegar si el resultado no arroja una victoria "inequívoca" de alguna de las candidaturas que se presentan.

En esa nueva composición del Consejo Ciudadano, el máximo órgano de dirección entre asambleas, parece situarse la clave.

Iglesias no ha parado de advertir de que dejará la Secretaría General si no ganan sus ideas y su equipo y hasta ha redoblado el órdago al avisar que también se plantearía dejar el escaño. Sin embargo, confía en ganar y con un resultado claro.

Esas advertencias han colocado a Íñigo Errejón, que también se declara optimista, en un dilema de resolución casi imposible.

El secretario político, que no compite para liderar la formación morada porque quiere que Iglesias siga siendo el secretario general, tuvo que presentar una lista a la dirección al no lograr un acuerdo previo, ya que el sistema de votación aprobado -el del equipo "pablista"- obligaba a asociar los documentos políticos a una candidatura.

Errejón presenta así una lista propia al Consejo Ciudadano, en la que le acompañan los pesos pesados del llamado "errejonismo", como la portavoz en el Ayuntamiento de Madrid, Rita Maestre; el responsable de Internacional, Pablo Bustunduy; la de Igualdad, Clara Serra, y buena parte de sus colaboradores en la Secretaria Política.

Iglesias, por su parte, duplica su presencia en las votaciones. Opta a la Secretaría General con un sólo adversario: el parlamentario Juan Moreno Yagüe, próximo a Anticapitalistas, que aboga por mayores cotas de participación y democracia en Podemos.

Pero lidera además la candidatura del equipo que presenta a la dirección, Podemos para Todas, en la que cuenta con sus colaboradores más cercanos, como Irene Montero, Rafael Mayoral, Gloria Elizo y en la que se ha integrado también el economista Vincenç Navarro.

De esta forma, Iglesias, en ese puesto de número uno, medirá sus fuerzas directamente con Errejón, cabeza de la lista de Recuperar la Ilusión, quien ya ha dicho que asume los costes de defender sus ideas y que, al día siguiente, estará donde le coloque la militancia.

La tercera lista en la que habrá que poner la mirada es en los Anticapitalistas y en su candidatura, Podemos en Movimiento. Tampoco presentan candidato a la Secretaría General y llevan en cabeza al eurodiputado Miguel Urbán, junto a nombres como el del alcalde de Cádiz, José María González, Kichi, la feminista Beatriz Gimeno o el actor Alberto San Juan.

Los "errejonistas" siempre rechazaron vincular los debates de ideas a las caras, justo lo que finalmente ha ocurrido por mucho que apelaran a salir de esa lógica de "plebiscito" y del "todo o nada", que a su juicio planteaba Iglesias.

El pulso cada vez más enrarecido entre el número uno y el número dos del partido se ha ido incrementando sin que ninguno disimule ya las cuestiones que les separan en lo político e, incluso, en lo personal.

Para incendiar aún más la discusión interna llegaron las críticas del cofundador de Podemos Luis Alegre y del filosofo Carlos Fernández Liria señalando a la "camarilla" que -dicen- mantiene "secuestrado" a Iglesias en un "clima de terror".

Unas críticas que elevaron la tensión al máximo y tras las que Errejón revelaba que una parte del entorno de Iglesias no quiere que mantenga su posición de número dos.

El secretario general, indignado al ver cuestionado a su equipo con esas "barbaridades", cargaba después sin medias tintas contra Errejón emplazándole a "ir de frente", a ser más valiente y a no esconder sus diferencias buscando fantasmas y señalando a un "entorno".

Como colofón, la semana ha terminado con el "malestar" "errejonista" porque el secretario de Organización, Pablo Echenique, hizo gestiones con la empresa encargada del proceso de votación, sin consultar con el equipo técnico, para ver si era posible vincular de forma más visual las listas y los proyectos políticos.

Algo para lo que está legitimado, según Anticapitalistas, y que además, según el propio Echenique, es lo que establece el sistema Desborda, que eligieron los inscritos.

En este ambiente llegan a Vistalegre II para defender sus distintas estrategias políticas: la de Iglesias, que apuesta por un Podemos que mantenga la tensión en las instituciones y en la calle, en los conflictos sociales, y por que sus diputados sean "activistas institucionales".

Y la de Errejón, que aboga por un Podemos que no se encierre en la protesta, que recupere la iniciativa y que demuestre que son útiles ya y pueden arrancarle victorias al PP.

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