El pueblo suspiró ayer tranquilo después de conocer que el detenido era un ciudadano español de 52 años y de origen marroquí
Dieciocho años después de la muerte de Eva Blanco, los vecinos de su pueblo, Algete, han vuelto a despertarse hoy con el nombre de la joven en las portadas y las televisiones. Pero esta vez el sentimiento general es de "felicidad y alivio" por la detención en Francia del presunto autor de su asesinato.
La ciudad, de unos 20.000 habitantes y situada al sureste de Madrid, ha visto interrumpida su habitual tranquilidad con la llegada de decenas de periodistas que se dividían entre la zona nueva, donde los familiares asimilaban la noticia; y la plaza del Ayuntamiento, donde se concentraba la alegría general.
Pese a todo, los residentes se han mostrado comprensivos: entienden que es "inevitable" esta expectación porque "es un día muy importante para el municipio y para la justicia de todo el país", según señalan algunos.
El pueblo suspiró ayer tranquilo después de conocer que el detenido era un ciudadano español de 52 años y de origen marroquí, lo que terminaba con la incertidumbre de si el asesino era alguien natural de la localidad o, incluso, un familiar o amigo de la víctima.
Con este dato, los vecinos de Algete dicen sentirse "mucho más seguros". Les costaba mucho imaginar que alguien del pueblo pudiera haber hecho algo así, explican, y ahora no cabe duda de que nadie de la zona era culpable.
Los residentes en la ciudad creen que este "esperado final" puede servir de aliento para otras personas que se encuentran inmersas en investigaciones similares y es una recompensa al respaldo a la familia y la presión que han hecho para que la investigación no se cerrara.
Como respuesta a todo ese apoyo, el padre de Eva Blanco, Manuel Blanco, ha agradecido hoy de nuevo el cariño de todos los vecinos de Algete, además de la labor "excepcional" de las fuerzas de seguridad y, especialmente, de la Guardia Civil.
Quienes comparten calle con los padres de Eva Blanco reconocen que es "imposible" no alegrarse muchísimo por sus familiares.
Araceli cuenta que está "emocionada y contenta" por ellos, unas personas "muy luchadoras y muy queridas" por todos.
Son muchos los que quieren encontrarse con Manuel y Olga y demostrarles una vez más su apoyo. Como Rosa, otra vecina cercana a la familia y madre de una joven de 16 años que dice que "no puede entender que una persona hiciera tanto daño a una familia, quitándole la hija a una madre".
En las calles del centro, se repite el mismo tema de conversación. Es, por ejemplo, el caso de un grupo de trabajadores que consideran que la noticia es "un choque de emociones" para todos: alegría por haberle encontrado, pero malestar por recordar todo el daño pasado.
No obstante, y pese a la felicidad compartida de los algeteños, hay algo que todos exigen: que se haga Justicia y que la familia pueda recuperar una tranquilidad que extrañan desde hace 18 años y que ahora, como a todos los vecinos, les empieza a ser devuelta.
Antes, volverán a reunirse hoy para mostrar su repulsa por el asesinato de la joven en una concentración de homenaje a la víctima y como una muestra de apoyo a sus familiares, que ya han confirmado que asistirán.
