PERFIL

Robles, la magistrada que resistió a las crisis

EFE
photo_camera La magistrada, en una imagen de archivo.

La nueva candidata en la lista socialista vio cómo Garzón, Dívar, Galindo o Roldán caían como consecuencia de alguna crisis.

La magistrada Margarita Robles, que acompañará a Pedro Sánchez como número 2 en su lista al Congreso por Madrid para las próximas elecciones generales, es una mujer enérgica que ha contemplado a lo largo de su carrera crisis que han terminado por hacer caer a personajes como Garzón, Dívar, Galindo o Roldán.

Robles, que cuenta ya con muchos años de experiencia en responsabilidades públicas, vio caer al ex director general de la Guardia Civil Luis Roldán cuando era secretaria de Estado de Interior, o a Carlos Dívar, presidente del Supremo, cuando era vocal del Poder Judicial.

En esos y otros cargos ha quedado siempre clara la determinación y capacidad organizativa de una mujer que vuelve ahora al ruedo político.

Otro de los elementos que, como en muchos casos de mujeres destacables, debe ser tenido en cuenta en el de Margarita Robles, es que por razones generacionales y de género ha sido una pionera en los puestos de responsabilidad que ha ejercido.

Así, fue la primera la primera mujer en España en presidir una sala de lo Penal y en ocupar la presidencia de una Audiencia Provincial -la de Barcelona (1991)- y también, muchos años más tarde, una de las primeras mujeres en formar parte del Tribunal Supremo, una alta instancia todavía integrada, en abrumadora mayoría, por hombres.

Como magistrada de la Audiencia de Barcelona intervino, entre otras, en la sentencia que condenó a varios policías de la Ciudad Condal por la muerte del dirigente de los Grapo, Martín Luna, y se destacó al votar en contra de la exculpación del presidente de la Generalitat, Jordi Pujol, en el caso Banca Catalana.

Muchos años más tarde, en julio de 2004, Margarita Robles volvía a abrir camino para las mujeres en las altas magistraturas al convertirse en la tercera mujer en acceder al Tribunal Supremo tras su nombramiento como magistrada de la Sala de lo Contencioso-Administrativo.

Entre tanto, había sido secretaria de Estado de Interior (tampoco en política era habitual ver a mujeres en puestos de esa responsabilidad cuando ella tomo posesión del cargo bajo el manto del ex juez Juan Alberto Belloch, en 1993). Y también vocal del Consejo General del Poder Judicial y magistrada de la Audiencia Nacional.

Después de que Belloch asumiera además de las de Justicia, las competencias de Interior (1994), Robles fue nombrada secretaria de Estado de Interior, cargo en el que permaneció hasta el 8 de mayo de 1996.

Durante esos dos años, además de gestionar el muy espinoso asunto de Lasa y Zabala y la implicación del General de la Guardia Civil Enrique Rodríguez Galindo, Margarita Robles sobrevivió al fin del llamado "Felipismo" y a la inculpación, fuga y detención de Luis Roldán, ex director general de la Guardia Civil.

Tras aquella etapa pasó a formar parte de la Audiencia Nacional, primero, y del CGPJ, después (es miembro de la asociación progresista Jueces para la Democracia).

Ejerció de vocal del Consejo General del Poder Judicial desde 2008 y hasta diciembre de 2013. También allí vio caer a ídolos de relevancia, como el exjuez Baltasar Garzón, que sería suspendido primero por el órgano de gobierno de los jueces y luego condenado por el Tribunal Supremo.

Pero quizás el tema más polémico vivido durante esta período fue la denuncia presentada por el vocal Gómez Benítez contra el presidente del CGPJ y del Supremo, Carlos Dívar, por los supuestos gastos irregulares en viajes privados realizados por este.

Robles fue uno de los miembros del CGPJ que abogaron por la dimisión de Dívar, en una nueva prueba de su visión de la importancia de la opinión pública en los asuntos de Estado y también de su capacidad para mantenerse a flote en las peores tormentas.

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