'Sé muy bien lo que tengo que hacer y cuándo lo tengo que hacer'.
Fue la respuesta de Alfredo Pérez Rubalcaba cuando Felipe González, ex líder del Gobierno, opinó que el socialista debería dejar sus cargos de vicepresidente primero y titular de Interior para centrarse en su candidatura a las generales de 2012. El momento llegó ayer. El ministro anunció que abandonará sus tareas en el Ejecutivo 'de forma inmediata', y lo hizo 24 horas antes del acto en el que tomará 'posesión formal como candidato'. Esa comparecencia pretende ser 'un impulso definitivo' para, 'de verdad, conquistar de nuevo la confianza de millones de ciudadanos y ciudadanas', dice su equipo.
El momento que estimó adecuado llegó este viernes, 24 horas antes del acto que lo proclamará líder del PSOE en el camino a La Moncloa. Es ahora cuando el dirigente cree que sus tareas en el Ejecutivo y en la candidatura se hacen incompatibles, y así lo hizo saber, primero a sus compañeros en el Consejo de Ministros, y después a la opinión pública.
Sin embargo, se negó a desvelar quién le sucederá en sus cargos de 'número dos', responsable de Interior y portavoz, porque, según sostuvo, eso es competencia de Zapatero. Tampoco habló sobre si su marcha puede ser indicio de adelanto electoral. Ésa es 'la otra gran competencia' del mandatario.
UNA FORMALIDAD
Éste conocía los planes de Rubalcaba desde el fin de semana del 28 de mayo; lo de ayer fue sólo una formalidad. No obstante... 'No puedo ser cesado ahora, hay que publicar un decreto'. Por tanto, 'formalmente', mantendrá sus puestos hasta que se promulgue en el BOE, aunque, 'políticamente' otro cargará con las responsabilidades. La decisión la tiene Zapatero.
El ministro seguirá siendo diputado y, hasta el cese oficial, tendrá que someterse a las sesiones de control del Gobierno en el Congreso. De cualquier manera, subrayó que no hay 'ninguna incompatibilidad legal ni política' en ser candidato y vicepresidente a la vez. El problema deviene de la compaginación entre las tareas como candidato y las responsabilidades como titular de Interior, porque es éste quien se ocupa de los pormenores de los comicios.
Por tanto, Rubalcaba deja el Ministerio sólo porque, en su compromiso como líder electoral, siente que no va a estar 'en condiciones de dedicar al Gobierno todo el esfuerzo que el Gobierno exige'. Actúa siguiendo su 'conciencia' y defiende que siempre ha sido 'coherente' y 'responsable': 'Tengo una trayectoria política criticable, faltaría más, pero nadie me puede acusar de ser un irresponsable'.
El ponente se defendió de antemano de las posibles críticas: 'Si me quedo, porque me quedo, si me voy, porque me voy; si hablo de los bancos, soy un izquierdista irredento'. El vicepresidente se negó a contestar a preguntas como candidato y esquivó las cuestiones sobre si trataría de formar o no Gobierno si obtuviese un voto menos que el PP en las generales. Eso sí, aclaró que colaborará con José Blanco, ministro de Fomento y vicesecretario general del PSOE: 'Llevamos ocho años trabajando juntos y nos quedan unos cuantos'.
El momento que estimó adecuado llegó este viernes, 24 horas antes del acto que lo proclamará líder del PSOE en el camino a La Moncloa. Es ahora cuando el dirigente cree que sus tareas en el Ejecutivo y en la candidatura se hacen incompatibles, y así lo hizo saber, primero a sus compañeros en el Consejo de Ministros, y después a la opinión pública.
Sin embargo, se negó a desvelar quién le sucederá en sus cargos de 'número dos', responsable de Interior y portavoz, porque, según sostuvo, eso es competencia de Zapatero. Tampoco habló sobre si su marcha puede ser indicio de adelanto electoral. Ésa es 'la otra gran competencia' del mandatario.
UNA FORMALIDAD
Éste conocía los planes de Rubalcaba desde el fin de semana del 28 de mayo; lo de ayer fue sólo una formalidad. No obstante... 'No puedo ser cesado ahora, hay que publicar un decreto'. Por tanto, 'formalmente', mantendrá sus puestos hasta que se promulgue en el BOE, aunque, 'políticamente' otro cargará con las responsabilidades. La decisión la tiene Zapatero.
El ministro seguirá siendo diputado y, hasta el cese oficial, tendrá que someterse a las sesiones de control del Gobierno en el Congreso. De cualquier manera, subrayó que no hay 'ninguna incompatibilidad legal ni política' en ser candidato y vicepresidente a la vez. El problema deviene de la compaginación entre las tareas como candidato y las responsabilidades como titular de Interior, porque es éste quien se ocupa de los pormenores de los comicios.
Por tanto, Rubalcaba deja el Ministerio sólo porque, en su compromiso como líder electoral, siente que no va a estar 'en condiciones de dedicar al Gobierno todo el esfuerzo que el Gobierno exige'. Actúa siguiendo su 'conciencia' y defiende que siempre ha sido 'coherente' y 'responsable': 'Tengo una trayectoria política criticable, faltaría más, pero nadie me puede acusar de ser un irresponsable'.
El ponente se defendió de antemano de las posibles críticas: 'Si me quedo, porque me quedo, si me voy, porque me voy; si hablo de los bancos, soy un izquierdista irredento'. El vicepresidente se negó a contestar a preguntas como candidato y esquivó las cuestiones sobre si trataría de formar o no Gobierno si obtuviese un voto menos que el PP en las generales. Eso sí, aclaró que colaborará con José Blanco, ministro de Fomento y vicesecretario general del PSOE: 'Llevamos ocho años trabajando juntos y nos quedan unos cuantos'.
