Sánchez-Camacho pone a Marcelino Iglesias como prueba del extremismo de PSC

La presidenta del PP catalán, Alicia Sánchez-Camacho
La candidata del PPC a la Generalitat, Alícia Sánchez-Camacho, ha puesto hoy los comentarios del portavoz del PSOE en el Senado, Marcelino Iglesias, respecto al peligro de los 'hipernacionalismos' como prueba del 'extremismo' del PSC y de que este partido está 'a la deriva y sin rumbo'.
En declaraciones después de un acto electoral en Badalona, Sánchez-Camacho se ha referido así a Iglesias, quien ayer, en un acto de apoyo al PSC, alertó de que 'los hipernacionalismos' han deparado en Europa 'muchos desastres y más de 100 millones de muertos'.

Sánchez-Camacho ha reprochado al candidato del PSC, Pere Navarro, que pretendiera situar a su partido en medio de los 'extremismos' de CiU y PPC cuando 'resulta que el extremo es el socialismo catalán', que comete 'error tras error', ha destacado.

Por otra parte, la candidata del PPC a la Generalitat, Alícia Sánchez-Camacho, ha acusado hoy a CiU de 'jugar sucio' por mezclar a la Corona española en el debate sobre la independencia, y ha concluido que CiU pone de manifiesto de que 'todo vale' en favor del Estado propio.

Sánchez-Camacho se ha referido así a las declaraciones de ayer del secretario general de CDC, Oriol Pujol, quien dijo en la Cope que su partido está dispuesto a negociar las relaciones de Cataluña con España pero que el 'problema', apuntó, es 'tener enfrente al rey Juan Carlos I'.

Por otra parte, Sánchez-Camacho ha sido preguntada por las declaraciones del ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel García-Margallo, quien afirmó que el Tribunal Constitucional suspendería la convocatoria de un referendo de autodeterminación por parte de la Generalitat, por lo que, si se lleva a cabo, sería 'claramente ilegal, un golpe de Estado en términos jurídicos'.

La candidata ha recordado que 'una consulta ilegal iría en contra de la línea de flotación de la legalidad y de las reglas del juego democrático', y en este sentido ha concluido que esta postura supone 'la ruptura de la convivencia y de la base de nuestra democracia'.

En cualquier caso, Sánchez-Camacho ha lamentado que 'se esté más por las palabras que por los contenidos', y ha insistido en que 'quienes quieren vulnerar la ley son quienes pretenden una consulta ilegal'.

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