La religiosa, primera imputada, se negó a declarar ante el juez y negó las acusaciones por carta

Sor María dice que le 'repugna' el robo de un bebé a su madre

La monja María Gómez Valbuena, más conocida como sor María, a la salida del Juzgado. (Foto: JUANJO MARTÍN)
La religiosa María Gómez Valbuena, sor María, que ayer se acogió a su derecho a no declarar ante el juez de Madrid que investiga la causa de los 'niños robados', aseguró que son completamente falsos los hechos que se le imputan y que le 'repugna' la separación bajo amenazas de un recién nacido de su madre.
Así lo expresó la monja en una carta abierta a la opinión pública, en la que expresa sus disculpas si no supo'atender correctamente' a los medios de comunicación, tras comparecer ayer ante el titular del Juzgado de Instrucción número 47 de Madrid, Adolfo Carretero, que mantuvo su imputación por los delitos de detención ilegal y falsedad en documento público. 'Me repugna en lo más hondo de mi ser, considero inadmisible e injustificable en ninguna circunstancia y jamás he tenido conocimiento de la separación de un recién nacido de su madre biológica, realizada bajo coacciones y amenazas', señaló la religiosa en la carta.

Tras explicar que dedicó toda su 'larga vida' a ayudar a los más necesitados de manera desinteresada y en cumplimiento de sus profundas convicciones religiosas, la monja, que acaba de cumplir 87 años, traslada su agradecimiento 'de corazón' a todas las personas e instituciones que la apoyaron con muestras de afecto, respeto y consideración.


TOMA DE DECLARACIONES

Sor María, es la primera monja imputada en este procedimiento, abierto a raíz de la denuncia de una mujer, María Luisa Torres, que asegura que la monja le arrebató a la hija que tuvo en marzo de 1982 en la clínica madrileña Santa Cristina. Tras su comparecencia ante el titular del Juzgado de Instrucción número 47 de Madrid, el magistrado acordó mantener su imputación y continuar con la investigación y la practica de nuevas diligencias, y hoy mismo tomará declaración en calidad de testigos a los padres adoptivos de Pilar, la supuesta 'niña robada' en este caso.

Escoltada por varios policías y guardias de seguridad y sin hacer declaraciones a los periodistas, sor María abandonó los juzgados madrileños de Plaza de Castilla en un Mercedes Benz todoterreno con los cristales tintados e intentando escapar del numeroso grupo de fotógrafos y cámaras que esperaban a su salida. Ante la gran expectación mediática y la presencia de algunos afectados en la causa de los 'niños robados', que también seconcentraron a la puerta de los juzgados, varios agentes recibieron la orden expresa de escoltar a la religiosa para evitar incidentes. 'Sinvergüenza, ¿por qué no nos dejáis que la veamos?', gritaban algunos de los concentrados mientras la religiosa intentaba subir rápidamente al vehículo que la esperaba.

Por su parte, el abogado de sor María intentó que el magistrado archivara el caso por prescripción del delito, pero el juez desestimó su petición y ahora recurrió en apelación ante la Audiencia Provincial de Madrid. Así, fuentes de la defensa señalaron que estando pendiente de resolver ese recurso y dado que los hechos denunciados datan de hace 30 años y que sor María, asegura que no recuerda nada de lo sucedido entonces, se consideró que la mejor opción era ejercer el derecho a no declarar.

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