En un intento de Soraya Rodríguez por acorralar a la vicepresidenta del Gobierno por el gasto de siete millones de euros en cartas informativas, Saénz de Santamaría optó por la evasiva como respuesta

Tengo una carta para usted

La portavoz del Grupo Socialista del Congreso, Soraya Rodríguez, enseña las cartas  (Foto: JUANJO MARTÍN)
La portavoz socialista en el Congreso, Soraya Rodríguez, buscó ayer acorralar a la vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría, al reprocharle en el pleno que el Ministerio de Empleo haya enviado unas cartas informativas a los pensionistas que según sus cálculos han costado 7 millones de euros. Rodríguez ha utilizado la copia de una de estas misivas para escudarse del chaparrón dialéctico que le ha caído tras formular su pregunta semanal a la vicepresidenta en la sesión de control de la Cámara Baja, celebrada hoy después de un largo debate sobre los acuerdos alcanzados en el último Consejo Europeo de Bruselas.
Así que la socialista ha exhibido la carta de forma ostentosa, desde su escaño de la oposición, mientras hablaba Saénz de Santamaría, quien pese al gesto de su interlocutora ha ignorado por completo sus acusaciones y no ha hecho mención ni a las cartas ni a los siete millones que el PSOE asegura que han costado al Gobierno.

Según Rodríguez, las cartas de marras, donde se informa de la subida de las pensiones, no son más que un 'panfleto' de propaganda del PP, y por ello ha recordado a su tocaya que hace muy poco ella misma dijo en el Senado: 'A los españoles les duele que se gaste mucho, que se gaste mal y de forma superflua'. La portavoz ha hecho su denuncia tras haber afirmado que las medidas acordadas por el PP en sus 80 días de Gobierno han respondido a intereses corporativos y de 'lobbies' (de la patronal, de las eléctricas, de la Iglesia), más que al interés general.

Nada de eso, ha venido a decirle la vicepresidenta en su respuesta, dedicada a detallar las reformas de un Ejecutivo que, ha hecho notar con contundencia, tiene un 'amplio respaldo social' traducido en la mayoría absoluta de diputados en el hemiciclo. Además, ha destacado las contradicciones que a su juicio sufren los socialistas y ha puesto el interés general en el frontispicio de la labor del Ejecutivo.

Y ha hablado, sí, de pensiones, porque ha tratado de hacerle ver que el PP es quien ha actualizado la pensión de seis millones de pensionistas y que los impuestos de su Gobierno 'son progresivos', no como los del PSOE -léase IVA-.

Sin olvidarse del control de los sueldos de los banqueros de entidades intervenidas, algo que según la vicepresidenta no se atrevió a hacer el PSOE, que también criticaba la convocatoria de huelga general de 2010 y ahora apoya a los sindicatos en la protesta del próximo 29 de marzo.

Antes de este 'cara a cara', el jefe del Gobierno, Mariano Rajoy, ha contestado a una pregunta del líder socialista, Alfredo Pérez Rubalcaba, sobre la reforma laboral, que el presidente se ha mostrado dispuesto a modificar, incluso con enmiendas del PSOE, si son 'buenas'.

Recordando, como Sáenz de Santamaría, actitudes pasadas, el jefe del Ejecutivo ha evocado el tiempo en que el PSOE aprobó una reforma laboral y no aceptó ni una de las 73 enmiendas que presentó el PP, esto es, el 'cero por ciento'.

Rajoy se ha extrañado de la pregunta del dirigente del PSOE porque entiende que si el PP ha aceptado tramitar la reforma laboral como proyecto de ley es precisamente para que pueda cambiarse en el Parlamento, eso sí, con modificaciones 'razonables' que sirvan para crecer y crear empleo.

Sin embargo, con un mes ya en vigor, Rubalcaba ha advertido de que ya ha servido para consumar despidos más fáciles y baratos, y ha alertado de que afecta a la vida de 'millones de trabajadores' que van a ver mermados sus derechos y tendrán sueldos más bajos. Así que instó al presidente a evitar estos efectos mediante el diálogo con patronal y sindicatos para lograr una reforma 'más justa y eficiente'.

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