Un "tío" como ése

Qué hace una chica como tú con un tío como éste?, me decían mis amigos “progres” y de izquierdas. Yo, la chica , era alcaldesa de Petín de Valdeorras por UCD , el “ tío” hacía campaña electoral en Galicia como presidente del Gobierno y de mi partido. Su conocida capacidad de seducción la ejercía en campaña, prestando atención personal a todos, militantes y simpatizantes. No tenía prisa si tenía que pararse a saludar a alguien, memorizaba los nombres de sus concejales, nunca personalizaba las criticas a la oposición, era un placer oírle contar historias. A él y a su fiel amigo, Rodríguez Sahagún, al que profesaba gran admiración, les gustaba saber si había opositores presentes en sus mitines. Decían que era para calibrar si lo hacían bien. Si veían caras de atención en ellos, todo iba bien, si no había que cambiar de estrategia. Su comida básica durante la campaña eran los frutos secos. Yo me atreví a sugerirle que no fumara en los mitines (ya comenzaba la liga antitabaco) y él me sugería que preparara mis intervenciones escribiéndolas primero y memorizándolas después. Sorprendía el cariño y el respeto con el que lo trataban su chófer y sus guardaespaldas.

En una comida en un restaurante de las afueras de Verín nos dejó helados a los ocho que compartíamos su mesa cuando, con la mayor naturalidad, confesó que estaba preparado para morir en un atentado de ETA, que no descartaba y creía muy posible. A pesar de eso, las medidas de seguridad que lo rodeaban no eran especialmente fuertes ni lo alejaban de la gente. Años después, ya presidente del CDS, hice campaña con él por Galicia en mi candidatura al Senado. Ya nadie se metía con él y resultaba descorazonador comprobar el olvido de los españoles por todo lo que había hecho por este país. Durante años mantuvimos una amistad llena de pequeños detalles cariñosos.

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