Los dos imputados intentaron suicidarse en 2010 en una fosa de purines

La acusada del crimen de Lalín exculpa a su marido

Unos vecinos observan la casa donde se produjo el crimen, aún humeante,  en octubre de 2010. (Foto: ELISEO TRIGO)
La mujer acusada de matar a su hija en la localidad pontevedresa de Lalín el 29 de octubre de 2010, asumió ayer su culpa, y exculpó a su marido, en la vista celebrada ayer en la sección segunda de la Audiencia de Pontevedra. El matrimonio está acusado de matar a su hija y prender fuego a la vivienda familiar, lo que provocó la muerte a otra persona, que se encontraba en el interior del inmueble.
La Fiscalía pide para ambos 58 años de prisión, resultado de sumar las penas por supuesto asesinato de la hija y un hombre de 83 años, viejo trabajador de la casa que convivía desde hacía décadas con ellos, y el intento de asesinato de los otros dos inquilinos, la madre de la acusada, de 89 años, y su hijo, que sufría síndrome de Down.

La esposa, de iniciales, C.R.L., asumió toda la culpa en un discurso pormenorizado, con detalles precisos sobre las horas y las acciones. Según este relato, la mujer, fuera de sí -según su versión- entró en el dormitorio de su hija y la mató golpeándola con un mazo, para después subir dos bombonas de gas del sótano, situarlas en dos habitaciones, colocar mazorcas de maíz en varias estancias y verter gasolina en el sótano, tras lo que prendió un fuego.

Después, según su versión, se fue a acostar y, aunque tardó 'un rato', logró conciliar el sueño. Pasadas las seis de la mañana, el hombre, de iniciales J.M.R. se despertó por el olor a humo y corrió a la habitación de su hija, a la que halló muerta mientras su mujer, desde el marco de la puerta, le decía que se quería morir.


TRASTORNADA

'Era mi niña, la quería con locura, Era lo mejor en mi vida', manifestó, entre lágrimas, la procesada. 'Yo estaba trastornada, loca. Una persona que está bien nunca haría eso', apostilló. Tras esto, la mujer señaló que fue a la granja contigua -la vivienda estaba en una zona rural de Lalín, donde la familia tenía una explotación ganadera con decenas de vacas- y se tiró a la fosa de purines con la intención de suicidarse. El hombre, siempre según la versión de su esposa, la buscó tras el desconcierto inicial y finalmente la localizó en la fosa, a la que se lanzó para evitar que se ahogase y permaneció a su lado durante horas, hasta que los sacaron los servicios de emergencia, para evitar que consumase el suicidio.

La Fiscalía sostiene, por el contrario, que ambos estuvieron de acuerdo en realizar los hechos, y entre las apreciaciones que hizo la fiscal estuvo la de la dificultad para una mujer menuda de subir dos bombonas de gas, una en cada mano, sin hacer ruido ni despertar a nadie de noche.

Te puede interesar