El acusado de doble crimen de la calle Oporto de Vigo expresa su arrepentimiento a las familias de las víctimas

El presunto autor del doble crimen perpetrado en Vigo en julio de 2006, Jacobo Piñeiro Rial, ha expresado su arrepentimiento y pidió perdón a los familiares de las víctimas y los suyos, en especial, a su hijo pequeño.
Así lo expresó el acusado durante su derecho a ejercer la última palabra en la vista oral que se celebra en la sección quinta de la Audiencia Provincial en Vigo desde el pasado lunes y con presencia de jurado popular.

Jacobo se atribuyó la culpabilidad del doble crimen y reconoció haber matado a Isaac Pérez Treviño y a Julio Anderson, a éste último porque lo amenazó con un cuchillo para obligarle a mantener relaciones sexuales.

El acusado argumentó que tras arrebatarle el arma blanca a Julio, lo que hizo fue defenderse, al igual que hizo con Isaac, y que ya en Marín, momentos antes de ser detenido, estuvo pensando en suicidarse al darse cuenta de la ‘vergüenza’ que sentiría su familia.

Los cadáveres de los dos jóvenes presentaban un total de 57 puñaladas, cuatro de las cuales fueron mortales, pero que el resto sólo prolongaron innecesariamente el dolor de las víctimas, según determinaron los forenses.

Jacobo aprovechó su última intervención en la vista oral para asegurar que si hubiera querido huir después del crimen lo hubiera hecho, pero que, sin embargo, cuando se encontró a la Policía en Marín dejó que lo detuvieran

El acusado comenzó la intervención haciendo un recorrido por su vida de los últimos años, hizo referencia a sus habituales salidas por la noche y pidió perdón a la sala por hablar sobre ‘cosas’ que le venían a la mente sin un orden claro.

Precisamente, la jueza tuvo que interrumpirlo para exigirle que se centrara en los hechos que se estaban juzgando.

En ese sentido, Jacobo quiso explicar algunas de las contradicciones en las que incurrió durante la vista, como la hora de salida del pub donde conoció a Isaac. El acusado mantuvo siempre que lo hizo sobre las 21 horas y no a las 16:41 horas como acreditó la vídeo vigilancia del local.

Jacobo defendió que su percepción de que era más tarde sería porque ‘alguien me lo haría entender’, al tiempo que reiteró que se fue solo a una habitación de la vivienda para descansar hasta que llegó Julio desnudo para invitarle a mantener relaciones sexuales con él e Isaac.

‘Le dije vete de aquí que te tiró por la ventana’, subrayó el acusado, quien agregó que volvió a encerrase a la habitación y que el ataque mortal comenzó cuando Julio regresó con un cuchillo en la mano y la víctima le advirtió: ‘¡Vas a ver si vienes o no vienes!’.

No incidió en los detalles de las agresiones que acabaron con la vida de las víctimas y sólo se refirió a la que mantuvo con Julio. Sólo comentó que logró arrebatarle el cuchillo a Julio y que, después, cuando se vio en un espejo lleno de sangre decidió ir al baño a lavarse.

Sin embargo, según la versión del acusado, cuando iba a entrar en el baño pensó en que las víctimas podían estar vivas, ‘no quede tranquilo’, dijo, y regresó a maniatarlas, cogió el resto de cuchillos de la cocina y confirmó que arrastró a Julio por el suelo.

Jacobo se enfrenta a la petición del fiscal de 60 años de cárcel por dos delitos de asesinato y uno de incendio, lo mismo que solicita la acusación, aunque esta añade 18 meses más de prisión por un delito de hurto.

Por su parte, la defensa pide la ‘inculpabilidad’ de su representado, por haber actuado en ‘legítima defensa’.

Las dos acusaciones coincidieron en afirmar que lo que subyace en este doble asesinato, es un ‘crimen pasional’, ya que Isaac y Jacobo mantuvieron relaciones sexuales esa tarde, según apuntaron varios amigos, pese a que no se encontró semen ni preservativos en la casa.

Para fiscal y acusación particular en el momento de la agresión el acusado ya no estaba afectado por el consumo de drogas y alcohol y que tanto por el crimen cometido como por las reacciones posteriores hasta su detención Jacobo demostró una ‘frialdad absoluta’.

La versión de Jacobo estuvo llena de ‘falsedades’, dijo el fiscal, quien argumentó que fue al piso para acostarse con Isaac y que las puñaladas en la cara de esta víctima va en esa línea pasional.

‘Despiadado’ o ‘cruel’, señalaron las acusaciones, quienes negaron la legítima defensa que, por otra parte, su letrada siguió exponiéndola.

La defensa insistió que el coeficiente intelectual limitado de Jacobo le provocó una especie de ‘atrofio mental’ esa noche.

El jurado popular comenzará a deliberar esta tarde para la elaboración del correspondiente objeto de veredicto.

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