TRIBUNALES GALICIA

El acusado de intentar violar a su mujer y matar a su hijo se declara inocente y dice "no recordar nada"

"Yo no hice nada", insistió el acusado, vecino de Salvaterra de Miño, que manifestó que la noche anterior había estado bebiendo entre 10 y 12 cervezas en el garaje de su casa y más tarde estuvo de fiesta en Portugal

El vecino de Salvaterra de Miño (Pontevedra) Mustafa E.H., acusado de los delitos de intento de agresión sexual a su esposa, intento de homicidio a su hijo, lesiones y atentado, ha defendido su inocencia ante el tribunal de la Sección Cuarta de la Audiencia Provincial de Pontevedra.

En una vista celebrada este jueves y en la que el acusado ha asegurado "no recordar nada de lo ocurrido" en la madrugada del 27 de junio, la Fiscalía ha reducido su petición inicial de condena de 17 años y 11 meses de cárcel a nueve años y tres meses.

"Yo no hice nada", ha insistido el acusado, que ha manifestado que la noche anterior había estado bebiendo entre 10 y 12 cervezas "a escondidas" en el garaje de su casa y más tarde estuvo de fiesta en Portugal. A partir de ahí, ha asegurado no recordar ya nada más de lo ocurrido.

Sin embargo, los testimonios de su esposa e hijo, sus vecinos y los agentes de la Guardia Civil le sitúan de regreso a casa alrededor de las siete de la mañana. Además, en la sesión ha relatado sus problemas con el alcohol y ha recordado que antes del día de los hechos le llevaron varias veces al servicio de Urgencias.

"Estaba deprimido" y aunque lo tenía prohibido por su médico volvía a recaer en el alcohol "una y otra vez", ha explicado antes de señalar que incluso pidió en varias ocasiones a la asistenta social que le ingresase en un centro de rehabilitación, pero ella se negó. Frente a este testimonio, una psicóloga de Salvaterra ha declarado que se le ofreció el internamiento, pero él nunca lo solicitó.

El fiscal sostiene, en base a los testimonios de la esposa y el hijo, que el acusado" llegó a casa bebido, empujó y arrastró a su esposa hasta introducirla en la bodega de la vivienda", donde "tras sujetarla de la garganta, le dio la vuelta, le retorció el brazo y le comenzó a bajar los pantalones mientras ella se resistía forcejeando y solicitando auxilio a su hijo". "Llegó a sacar el pene, pero no a violarla y logró escapar. Poco después, ya en el patio, la alcanzó de nuevo, agarrándola por los pelos y tirándola al suelo, dándole patadas y bofetadas", apunta.

Este jueves, la mujer ha reiterado esa versión de los hechos ante la sala, en donde ha declarado tras un biombo desde el que explicó que no llegó a ser agredida sexualmente por se resistió aunque si recibió golpes hasta que su hijo llegó alertado por los gritos. Por su parte, el hijo prestó declaración a puerta cerrada, al ser menor de edad.

Según ha indicado la mujer, el día de los hechos su hijo le pedía al acusado que no le pegase a "mamá" pero él desoía sus peticiones y llegó a caer "desmayado" de los nervios. Además, ha explicado que mientras auxiliaba a su hijo, el acusado se fue al garaje a coger un bidón de gasolina, gesto que a su esposa le causó gran temor porque ocho días antes le había amenazado "con que si le denunciaba le prendía fuego a la casa".

ROCIADO CON GASOLINA

El fiscal sostiene en su escrito de acusación que acusado, portando el bidón de gasolina, se llevó por la fuerza a su hijo a la habitación, y tras cerrar la puerta, roció la cama con gasolina con la finalidad de quemarlo, a la vez que le decía "has llorado cuando has nacido, pero ahora vas a llorar más".

Al respecto, su madre ha relatado ante el tribunal que, en ese momento, ella salió de la casa gritando "para pedir auxilio" y en ese momento él cerró la puerta, de modo que ella quedó fuera y su hijo dentro. La mujer logró finalmente auxiliar a su hijo porque el acusado abrió la puerta tras los gritos que proferían los vecinos.

La madre y su hijo lograron escaparse y huyeron a casa de unos vecinos, siendo perseguidos por el acusado que portaba un cuchillo en la mano, según corroboraron las vecinas de la casa de al lado que este jueves declararon en el juicio. Ambas aseguraron que, cuando el niño llegó a su casa olía a gasolina y tenía las zapatillas mojadas.

A continuación, según relataron las vecinas y la esposa del acusado, Mustafá subió al tejado y empezó a arrojar piedras y botellas de cristal, si bien no llegó a alcanzarles. Además, cuando llegó la Guardia Civil al lugar, arrojó a los agentes una escopeta de aire comprimido, que impactó contra el cristal del vehículo oficial, causando daños, y también tiró piedras y botellas de cristal a los agentes que intentaban acercarse a la vivienda.

Tras terminar la vista oral de este jueves, el fiscal modificó sus conclusiones iniciales y rebajó la condena que solicitaba para el acusado al tener en cuenta la circunstancia agravante de parentesco y la atenuante de consumo de alcohol, pero no la eximente.

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