"Es la forma de hacer un Vigo nuevo", señala Caballero al inaugurar el primer elevador público
Vigo siempre ha tenido en su desarrollo urbano el hándicap de sus pendientes y complicada orografía. A la reciente puesta en marcha de la primera fase de las escaleras mecánicas de II República se une ahora un moderno ascensor urbano, único en su tipo del noroeste peninsular al salvar una inclinación de más de 35 metros, que demuestra el alto nivel de la tecnología e ingeniería viguesa —ha sido desarrollado y construido íntegramente en las instalaciones de la empresa ENOR en Vigo— y que la conexión entre barrios separados en altura es posible.
El elevador de Camelias, que une desde la mañana de ayer, domingo, esta calle con las zonas de Pi i Margall, Peniche y López Mora, es un nuevo paso hacia el modelo de 'ciudad vertical' que se ha marcado el Ayuntamiento. “Es la forma de hacer un Vigo nuevo”, destacó el alcalde, Abel Caballero, tras realizar el viaje inaugural, al que también asistió la presidenta de la Diputación, y teniente de alcalde viguesa, Carmela Silva. “El Vigo vertical es muy importante porque la ciudad está llena de fallas geológicas y, por tanto, llena de desniveles que impiden que se conecte de forma cómoda”, explicó, para recalcar que estas conexiones permitirán también una transformación en los hábitos de movilidad de los ciudadanos, ya que podrán desplazarse de una zona a otra cómodamente y acceder a más líneas de autobús urbano.
El ascensor, que ha supuesto una inversión de 500.000 euros, tiene capacidad para 25 personas y se eleva a una velocidad de 1 metro por segundo, por lo que en solo 35 se puede descender desde esta calle a Menéndez Pelayo (donde se encuentra la otra puerta de acceso) y viceversa. Se estima que pueda transportar a unas 3.000 diarias y funcionará todos los días de 7 de la mañana a 11 de la noche, horario que se podría ampliar en función de la demanda. n
