La Guardia Civil continúa la investigación por la muerte de José Manuel Burés Otero, mejor conocido como 'Nelo do Rato', de 92 años de edad, encontrado muerto el pasado jueves a mediodía en un alpendro anexo a su vivienda -en la que residía solo- en el término municipal de Valga en Pontevedra y con claros signos de violencia.
Según informaron fuentes de la investigación, se está a la espera de los resultados de la autopsia para responder muchas de las incógnitas de este crimen, entre ellas, si su asesino o asesinos utilizaron algún tipo de líquido inflamable u otro producto para quemar el cuerpo del nonagenario.
Las investigaciones avanzan, aunque lentamente, así lo señalaron fuentes cercanas al caso que indicaron que de momento se sabe que fue brutalmente golpeado antes de morir, y también que fue apuñalado varias veces, gracias a un cuchillo que apareció en la escena del crimen y en el que según las fuentes no había huellas. Sólo falta conocer cuántas puñaladas recibió y si sucedieron antes o después de que quemaran su cuerpo, datos que podrán ser revelados una vez concluya la autopsia.
Todos los indicios apuntan a un robo con violencia, aunque fuentes de la Guardia Civil indicaron que no se descartan otras hipótesis mientras no concluya la autopsia. De todas formas, el robo es el móvil que más fuerza cobra a estas alturas de la investigación. Sobre todo porque José Manuel Burés Otero, de 92 años, sufrió otros asaltos en su propia casa en distintas ocasiones, tal y como confirmaron las fuerzas de seguridad y algunos familiares.
En este sentido, desde algunos círculos vecinales se apuntó incluso que en fechas próximas iba a celebrarse el juicio por uno de los varios atracos que el fallecido denunció en los últimos meses, no descartándose incluso que su muerte guardara algún tipo de relación con esta circunstancia.
Dado que lo sucedido está bajo secreto de sumario no trascendió absolutamente nada 'oficial' de las primeras pruebas que se realizaron para tratar de esclarecer este crimen.
Las investigaciones avanzan, aunque lentamente, así lo señalaron fuentes cercanas al caso que indicaron que de momento se sabe que fue brutalmente golpeado antes de morir, y también que fue apuñalado varias veces, gracias a un cuchillo que apareció en la escena del crimen y en el que según las fuentes no había huellas. Sólo falta conocer cuántas puñaladas recibió y si sucedieron antes o después de que quemaran su cuerpo, datos que podrán ser revelados una vez concluya la autopsia.
Todos los indicios apuntan a un robo con violencia, aunque fuentes de la Guardia Civil indicaron que no se descartan otras hipótesis mientras no concluya la autopsia. De todas formas, el robo es el móvil que más fuerza cobra a estas alturas de la investigación. Sobre todo porque José Manuel Burés Otero, de 92 años, sufrió otros asaltos en su propia casa en distintas ocasiones, tal y como confirmaron las fuerzas de seguridad y algunos familiares.
En este sentido, desde algunos círculos vecinales se apuntó incluso que en fechas próximas iba a celebrarse el juicio por uno de los varios atracos que el fallecido denunció en los últimos meses, no descartándose incluso que su muerte guardara algún tipo de relación con esta circunstancia.
Dado que lo sucedido está bajo secreto de sumario no trascendió absolutamente nada 'oficial' de las primeras pruebas que se realizaron para tratar de esclarecer este crimen.
