Un informe policial, realizado a los tres días de la desaparición del Calixtino, señalaba a Manuel Fernández como el autor

El autor del robo del Códice sustrajo objetos todos los días durante 10 años

Sala capitular de la catedral, donde será expuesto el Códice. En la imagen, una edición facsímil. (Foto: OSCAR CORRAL)
El sospechoso de la autoría del robo del Códice Calixtino de la catedral de Santiago de Compostela, su esposa, su hijo y la novia de éste último, han sido citados para hoy ante el Juzgado de Instrucción número 2, informaron fuentes judiciales. Manuel Fernández Castiñeiras, su esposa, Remedios Nieto, y su hijo, Jesús Fernández, que se encuentran detenidos, pasarán a disposición judicial, mientras que la novia de éste último, María Jesús Quinteiro, que fue puesta en libertad, está citada para declarar de forma voluntaria acompañada de su abogado, añadieron las mismas fuentes.
Los cuatro están imputados en la causa judicial abierta por el robo de ese documento del siglo XII considerado como una de las joyas de la catedral de Santiago, que desapareció el 5 de julio de 2011. El libro fue hallado el pasado miércoles escondido en el interior de un garaje de los detenidos envuelto en papel de periódico dentro de unas bolsas de plástico, y será exhibido al público, probablemente, este fin de semana.


MODUS OPERANDI

Según apuntaron fuentes próximas a la investigación, Manuel Fernández estuvo sustrayendo objetos de la catedral 'todos los días' durante unos diez años. Desde que fue arrestado el pasado martes se limitó a decir a la Policía: 'No lo sé, no me acuerdo'. Así lo reveló ayer el comisario jefe de la Unidad de Delincuencia Especializada y Violenta de la Policía (UDEV), Serafín Castro, que considera que el robo de la pieza se debe 'probablemente' a un afán de 'venganza' por parte del electricista, que había sido despedido de la catedral y reclamaba a la Iglesia una indemnización de 40.000 euros.

De momento, la Policía no ha podido determinar el origen de los 1,1 millones de euros que escondía el detenido en varias viviendas, además de 30.000 dólares en billetes pequeños e incluso antiguas pesetas, aunque tampoco se descarta que procediera de pequeños robos cometidos en la propia seo. De hecho, se han encontrado tres diarios del detenido en los que se sospecha que puede contar sus andanzas.

La investigación se centró en el detenido a partir del pasado mes de enero, después de descartar a una treintena de sospechosos, entre empleados de la catedral, trabajadoras de la limpieza y personal que pudieran acceder al códice. En estos meses de investigación han sido varias las ocasiones en las que los investigadores entablaron conversación con él para tratar de que revelara el paradero de la obra.Una vez, los policías le advirtieron del peligro de que alguien quemara el libro, a lo que él contestó de forma inconsciente: 'No, no. No está quemado'. Tiempo después, los agentes le advirtieron de que podía acabar en la cárcel, cosa que tampoco le acobardó: 'Si voy al talego, con un misal y un rosario tengo bastante', dijo Castro.

No obstante, el Sindicato Unificado de Policía, mayoritario en el cuerpo, cuestionó la 'tardanza' en la detención, ya que un agente de la brigada de seguridad ciudadana, el 8 de julio de 2011, tres días después de la desaparición del libro, en un 'escrito interno', señalaba a Manuel Fernández como el presunto autor de la sustracción.

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