Reúne a más 10.000 personas en Santiago frente al millar que congregó Anova de Beiras y Compromiso por Galicia

El BNG enseña su resistencia tras la reciente escisión del nacionalismo

Guillerme Vázquez, ante la concentración del BNG en la Praza da Quintana. (Foto: VICENTE PERNÍA)
No se trataba de un 25 de julio cualquiera. Tras la asamblea de Amio que propició la fractura en el nacionalismo gallego, el BNG se sometía ayer a un examen para calibrar la fortaleza con la que va a concurrir a las próximas elecciones autonómicas. El nacionalismo se batía el cobre en tres frentes.
El BNG, como es tradición, en la Praza da Quintana con Francisco Jorquera debutando en el papel de candidato a la Xunta. Anova-Irmandade Nacionalista, liderada por el histórico Xosé Manuel Beiras, se citó en la Praza de Mazarelos para proponer una nueva alternativa tras perder una asamblea que acabó en ruptura. Y Compromiso por Galicia, con Xoán Báscuas, Teresa Táboas y Rafael Cuiña como cabezas visibles de un proyecto que engloba a Máis Galiza, Acción Galega y Ecogaleguistas, eligieron el emblemático parque de Bonaval para dar el salto a la arena electoral.

Con la misma ilusión e igual ganas como se presupone porque no son variables ponderables, el resultado fue dispar, aunque todos terminaron comiendo con sus simpatizantes con cara de satisfacción e una jornada festiva y política. El BNG mostró su capacidad para movilizar a la militancia, Anova el discurso bien enhebrado de Xosé Manuel Beiras y Compromiso por Galicia sus ganas de ofrecer algo distinto al electorado.

El resultado es que el nacionalismo, frente a lo que el PP pretende transmitir, enseñó ayer que tiene la maquinaria bien engrasada para concurrir a las próximas elecciones, aunque nadie puede obviar que la fragmentación, la ley electoral y la intención de Feijóo de reducir el número de parlamentarios, juega en su contra para conseguir una representación en la Cámara gallega que se corresponda a lo que se vio en las calles y plazas de Compostela.

Para Francisco Jorquera, jaleado por más de 10.000 simpatizantes, cifra superior al pasado 25 de julio, el BNG es la 'casa común' del nacionalismo. Xoán Báscuas, portavoz de Compromiso por Galicia, tendió la mano ante un millar de simpatizantes a Anova, aunque avisó de que este proceso su formación lleva una marcha más larga y no van a esperar a nadie. Y después está Beiras. A sus 76 años, cuenta con la capacidad de encender al que lo escucha, aunque ayer no superó el millar de personas, pero también le hizo un guiño a los que, sobre el papel tienen que ser sus socios, para 'desalojar' al PP de la Xunta.

Beiras tiró de Amaiur para indicar cómo debe ser la unión de los nacionalistas, hiló un discurso de casi una hora sin un respiro y pidió a la sociedad y a las demás fuerzas políticas que 'haga una gran sentada' delante de la Xunta, como se va a hacer en Madrid, hasta que el Gobierno gallego 'fuxa como ratas', además de proclamar que es el momento de la primera República Galega. En tres sitios distintos se escuchó 'Galicia ceibe, poder popular' y ondeó la bandera gallega con la estrella roja. Cartas distintas de una misma baraja.

Te puede interesar