Nacho sufre secuelas físicas y psíquicas mientras sus agresores están en libertad y todavía no han aparecido todos los culpables.
Nacho, nigranés de 25 años, lleva casi un año recuperándose de las lesiones que le causaron un grupo de jóvenes la madrugada del 16 de agosto de 2020 cuando salía de una discoteca de su localidad natal tras una discusión. “Iba solo. Vio que iban cuatro detrás, pero pensó que se iban para casa. Cuando echaron a correr gritándole intentó escapar y se metió en la maleza, ahí fue donde lo engancharon. Le dieron patadas y puñetazos”, explica Lupe, su madre.
Las secuelas son tanto físicas como psíquicas. Perdió el 30% de la visión en un ojo, no puede abrir la boca más de dos dedos y tiene placas por el lado derecho. Además, su madre destaca que ahora "solo sale de casa para ir al psicólogo y al psiquiatra”.
El próximo lunes 16 de agosto, coincidiendo con el aniversario del suceso, se celebrará una concentración a las 21 horas frente al Concello de Nigrán para pedir justicia. Nacho solo pudo reconocer a dos de sus agresores y hay una tercera persona a la que se está investigando, pero participaron más en la paliza. “Ojalá aparezcan los otros restantes que quedan por ahí. Quiero que mi hijo vuelva a sonreír, que vuelva a ser el que era antes”, señala Lupe rota de dolor.
El caso no trascendió mucho en su momento, pero la respuesta del joven al asesinato de Samuel Luiz en A Coruña ha animado a su madre a compartir la historia en Instagram. “Samuel, desgraciadamente, no corrió la misma suerte dentro de la desgracia de una paliza, a él lo mataron. Cuando escuchaste tan triste noticia, despertó en ti un sentimiento de desahogo, el querer gritar a los cuatro vientos, que tú estás vivo y que quieres justicia. No te mataron, pero te enterraron en vida”, destaca Lupe en la publicación.
