La catedral de Santiago muestra su necrópolis en su octavo centenario

La catedral de Santiago de Compostela abrirá desde el 4 de abril las puertas de su necrópolis subterránea, donde todavía se conservan sepulturas romanas y suevas sobre las que se construyó el templo, que este año celebra el octavo centenario de su consagración.
Entre los restos hallados figuran, según el mito, los del apóstol Santiago, que no se han podido exhumar pero 'todo lo excavado es perfectamente conforme con la tradición y permite retrotraerse a la época más antigua del momento del hallazgo'.

Así lo explicó hoy el deán de la catedral, José María Díaz, quien reconoció que 'no apareció evidencia del apóstol' ni existe una 'evidencia demostrativa pero tampoco destructiva' entre unos escombros entre los que figura la lápida del obispo Teodomiro, fallecido en el año 845 y a quien se atribuye el descubrimiento de los restos del apóstol aproximadamente entre los años 820 y 830.

Preguntado acerca de si se puede abrir la tumba en la que supuestamente están enterrados los restos del apóstol Santiago, que varios historiadores dudan de que fueran transportados a Compostela siglos después de su muerte en Oriente Medio, el responsable de la comisión capitular de cultura y arte, Daniel Lorenzo, señaló que eso requiere una autorización del Papa.

La tumba compostelana objeto del culto apostólico 'se puede abrir', dijo Lorenzo a Efe, pero puntualizó que 'lo que no se puede abrir es el arca de plata donde están los restos, porque eso requiere una bula pontificia por tratarse de un relicario especial'.

Para visitar el subsuelo de la catedral es necesario reservar plaza, por teléfono, fax o correo electrónico, y hasta informarse mediante redes sociales como facebook y twitter, y sumarse así a las autoridades y 'personas privilegiadas' que por razones de estudio o un 'especial favor' ya han acudido a estas excavaciones, según los responsables de la catedral.

Los trabajos arqueológicos que se muestran tuvieron inicialmente como objetivo la localización de los restos del apóstol Santiago por parte de diversos aficionados como López Ferreiro, a finales del siglo XIX, y Chamoso Lamas a mediados del XX, pero se hicieron con criterios que hoy en día serían 'más minuciosos', explicó el deán.

Pese a todo, el conjunto de excavaciones es 'valiosísimo' y abarca desde la muralla romana que cercaba el recinto sacro hasta, removida una primera capa terrosa arqueológicamente estéril, una necrópolis con laudes de piedra y tapas de estola germánica de hasta el siglo V, bajo la que se hallaron tumbas cavadas en roca, algunas romanas en cuyo interior todavía se conservan restos humanos.

Las excavaciones se realizaron en la nave central y, según el presidente de la comisión capitular de cultura y arte, Daniel Lorenzo, se enseñarán al público de lunes a viernes durante 45 minutos, previo pago de 10 euros.

Las campañas arqueológicas de Chamoso Lamas dejaron al descubierto no sólo la necrópolis, sino también vestigios de las basílicas de Alfonso II y Alfonso III, huellas de edificaciones romanas en la zona sur y objetos de la época romana y medieval.

Francisco Blanco, responsable de la puesta a punto del recorrido turístico-histórico, detalló que se trata de dos zonas visitables aunque 'incómodas', cuya exposición aspira a 'hacer partícipe a la gente de un viaje apasionante al pasado'.

En ellas, explicó el director del museo de la catedral, Ramón Izquierdo, se descubrieron unas 100 laudes, la mayoría de entre los siglos IX y X y que, junto a otras 40 que alberga el almacén, constituyen una 'muy buena colección lapidaria'.

Esta exploración de los bajos fondos del templo cristiano, en los que se entremezclan cultos y culturas, coincide con la celebración este año de ocho siglos de existencia de una consagración que ha alimentado desde entonces el fenómeno xacobeo.

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