Los cocineros de Pontevedra reivindican la gastronomía como una de las claves para favorecer la exportación de las empresas, al promocionar los productos del país

La cocina gallega se luce en Shanghai con Solla y Cannas

Mejillón escabechado con caldo perfumado, falso tartar de sardina, vieira marinada, bogavante sobre aceite de oliva negro, capón guisado y crema de queso de Arzúa es la propuesta que estos días se puede degustar en el hotel Gran Meliá Shanghai dentro de los actos de la semana de Galicia en la Expo 2010 de China, diseñados por la Consellería de Cultura e Turismo.
El cocinero pontevedrés Pepe Solla, con una estrella Michelín, que tiene como ayudante a José Cannas (otra estrella Michelín), son los autores del menú, que se fusiona con propuestas del chino Alving Leung, que tiene dos estrellas en su restaurante "Bo innovation", considerado como uno de los cien mejores del mundo y entre los diez primeros de Asia.

Solla, Cannas y Leung presentaron ayer en directo en su lugar de trabajo, la cocina, el resultado del hermanamiento ante periodistas gallegos y chinos. Los gallegos reivindicaron el papel de la cocina para la exportación de productos porque "muchas veces la forma de entrar en un país es la cocina y el cocinero es prescriptor del producto, porque del restaurante pasa a los supermercados", aseguró Cannas, de "Pepe Vieira". Solla está convencido de que así "empiezas a crear una demanda".

Leung, que ha prometido visitar Galicia, expuso la dimensión del mercado chino al señalar que el licor con el que comen sus ciudadanos, que se llama Mao tai, es la bebida que más se vende en el mundo, tres veces más que el whisky.

Durante los seis meses que dura la Expo, el Pabellón de España presentará cada semana un menú elaborado por dos chefs, uno español y otro extranjero, 37 grandes cocineros de cinco nacionalidades.

La segunda jornada se completó ayer con la actuación en la Plaza de Europa, del recinto Expo, de Nova Galega de Danza, con un espectáculo, "Tradicción", de fusión y tradición de baile y música popular gallega con la más pura vanguardia. Los chinos, que nunca aplauden, lo hicieron con efusividad tras la actuación del grupo gallego, que terminó su actuación al borde del desmayo, porque fue al aire libre y la humedad superaba el 98%.

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