VIGO-PORRIÑO

Los datos de Tráfico restan dramatismo a la autovía A-55

La DGT tan solo contabilizó siete heridos de carácter grave a lo largo del pasado año 2013.

Los datos que maneja la Dirección General de Tráfico (DGT) con respecto a la autovía A-55 Vigo-Porriño confirman que aunque en dicha vía se encuentra el tramo con más accidentes de toda España, la inmensa mayoría de la siniestralidad sería de “chapa y pintura”. La estadística de la DGT indica que en el pasado año hubo un total de siete heridos graves, todos aquellos que precisan pasar más de 24 horas hospitalizados.

Sería una cifra muy baja teniendo el volumen de tráfico de la autovía, que registra una intensidad media que alcanza los 60.000 vehículos al día en jornadas laborales e incluso superior en momentos puntuales. Además de los heridos, hubo un muerto, el primero en cinco años, aunque según Tráfico se trata de un dato confuso, al tratarse de un peatón arrollado en el vial de enlace con la vecina Nacional 120, que a efectos de la DGT conforma un todo estadístico.

La Vigo-Porriño se encuentra bajo la lupa tras la decisión del Ministerio de Fomento de realizar un estudio técnico sobre las acciones a tomar para su mejora. Ya se conocen algunas de ellas: la supresión de algunas de las curvas más peligrosas o la eliminación del peaje en el tramo de la Autopista del Atlántico entre Puxeiros y Porriño para que sirva de alternativa. La tercera posibilidad sería construir una nueva autovía bajo túnel desde Vigo a Porriño. Empresarios y Concello de Mos apuestan por una autopista gratis como la solución más rápida y menos costosa para el Estado.

En todo caso, la DGT ha realizado actuaciones de mejora del firme y de la señalización y se han instalado varios equipos fijos de control de velocidad que, como explicó a este diario la directora provincial de Tráfico, Isabel Alonso, "pretenden atajar los excesos de velocidad que se encuentran en el origen de un elevado porcentaje de los accidentes que en ella se registran, frecuentemente unidos a incumplimientos de la obligación de respetar la distancia de seguridad o a distracciones."

Según sus datos, los radares han contribuido a rebajar las velocidades medias y a reducir la siniestralidad en la vía, así como la gravedad de los accidentes, aunque puso énfasis en la responsabilidad de los conductores.

"Evidentemente constituye un compromiso ineludible de los titulares de las vías y de los organismos con competencia en materia de tráfico el incrementar los índices de seguridad de las vías.

Ahora bien, no se ha de olvidar el grado de responsabilidad que tenemos todos los conductores mediante el cumplimiento de las normas y la adecuación de nuestros comportamientos viales al estado de la vía por la que se circula, a las condiciones del tráfico y a las circunstancias de tipo meteorológico", concluyó la responsable de Tráfico.

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