Un grup de los familiares "desterrados" del asesino confeso de María Jiménez volvió a la ciudad.
Agentes de los cuerpos y fuerzas de seguridad del Estado desplegaron ayer un dispositivo preventivo de vigilancia en torno al barrio lucense de Abella, en donde residían los familiares de José Luis Cortiñas Romero, autor confeso del asesinato de su mujer, María Luis Jiménez Jiménez. El pasado miércoles, medio centenar de ellos, forzados por la ley gitana, abandonaron sus respectivos domicilios tras ser desterrados por el consejo de ancianos de su etnia.
No obstante, algunos pudieron ser vistos de nuevo ayer por Lugo, lo que motivó el despliegue policial para evitar enfrentamientos con la familia de la víctima mortal, que estaba embarazada de su séptimo hjo.
Cientos de personas de la comunidad gitana habían acompañado el pasado miércoles a la familia y a los allegados de María Luisa Jiménez, natural de Vilaboa (Pontevedra) durante el entierro de la víctima, que tuvo lugar en el cementerio pontevedrés de San Mauro. Las escenas de dolor y los gritos clamando venganza protagonizaron el sepelio.
Los asistentes al entierro de la mujer, que desapareció el domingo pero cuyo cuerpo fue localizado el martes, protagonizaron escenas de tensión con gritos llamando "asesino" a su marido y reclamando "justicia".
EVITAR ENFRENTAMIENTOS
Sinaí Giménez, representante de Sociedad Gitana de Galicia, defendió el pasado miércoles, durante una concentración de repulsa contra el asesinato de María Jiménez, la "orden de alejamiento" dada a los familiares del asesino confeso para evitar enfrentamientos con los allegados de la víctima. Agradeció también el trabajo de las fuerzas y cuerpos de seguridad y a los organismos públicos que están "luchando contra la violencia machista" y condenó "rotundamente cualquier tipo de acciones violentas contra las mujeres".
"La sociedad gitana, tanto a nivel estatal como a nivel autonómico está muy disgustada con esta situación", señaló ha señalado y ha dicho que se trata de "un caso puntual" y que "nunca" se había producido "un hecho similar" entre "los gitanos puros a nivel de Galicia ni tampoco a nivel de España". "Puede haber discrepancias entre matrimonios, como en todos los sitios hay", indicó, pero elogió la labor de "los patriarcas" para resolver conflictos.
"Este ha sido algo fuera de lo normal y fuera de lo que es la cultura gitana. Es más, choca matar una mujer en cualquier cultura, pero especialmente en la cultura gitana choca de frente, es contrario totalmente a la cultura gitana", afirmó y dijo que esta comunidad está "disgustada con esta situación y molesta porque este asesino se ha reído de la cultura gitana".
En este contexto y con la intención de "buscar la paz" y evitar enfrentamientos entre las familias del agresor y la víctima que "puedan acabar en desgracias", se han tomado resoluciones por parte del consejo de ancianos. "Donde existe tanta juventud y tanto dolor es imposible controlar la situación, por lo tanto, tomamos una decisión, igual que la toman los juzgados", reivindicó y calificó esta "expulsión" como "una orden de alejamiento".
