El individuo de 46 años, cuenta con un amplio historial delictivo. La investigación comenzó tras el incremento de robos en abril y mayo en la zona de Moaña, Cangas y Baiona
Un hombre residente en Vigo ha sido detenido como sospechoso de robar objetos en más de un centenar de vehículos estacionados en garajes comunitarios de la provincia de Pontevedra, informaron hoy fuentes de la Guardia Civil.
El individuo, identificado con las iniciales A.C.F., de 46 años, que cuenta con un amplio historial delictivo, según las citadas fuentes, fue arrestado ayer a la salida de su domicilio en Vigo y podría ser puesto a disposición del Juzgado de instrucción de guardia durante la jornada.
La investigación comenzó tras el incremento de robos en abril y mayo en el interior de vehículos estacionados en garajes en varias localidades de la provincia, en particular en Moaña, Cangas, Poio y Baiona.
Los primeros robos se produjeron a mediados del mes de marzo en Poio en un total de 27 vehículos estacionados en garajes situados en diferentes calles del municipio.
Una semana más tarde se produjeron otros 19 robos en siete garajes distintos situados en céntricas calles de la localidad de Moaña.
En abril hubo dos olas de robos de similares características, uno de ellos en Cangas con 22 denuncias en vehículos situados en 12 garajes y posteriormente otra en Baiona con 12 denuncias de sustracción de objetos en otros tantos vehículos.
Las investigaciones conjuntas de la Guardia Civil de Cangas y de Baiona-Nigrán permitieron identificar y detener al presunto autor, así como reunir los indicios suficientes vinculados con los robos investigados, 105 en total, según las citadas fuentes.
Las pruebas que llevaron a la identificación y detención del hombre se basan en imágenes tomadas por cámaras de videovigilancia de algunos garajes de la localidad de Cangas, de los testimonios obtenidos y de su "peculiar" forma de actuación, añadieron las mismas fuentes.
Los robos fueron perpetrados siempre durante los fines de semana o en vísperas de días festivos mediante un "meticuloso cuidado" por parte del detenido, que siempre actuaba solo.
La mayor parte de las veces fracturaba los cristales más pequeños de las ventanillas para luego acceder a los mandos de apertura de las puertas y, en otras, forzando haciendo palanca para abrir las ventanilla con ayuda de un destornillador.
Su principal objetivo era obtener dinero en efectivo para satisfacer su afición al juego, aunque en ocasiones sustraía pequeños objetos que encontraba en el interior de los vehículos, indicaron las fuentes.
