Acudieron a una peluquería y la dueña los reconoció como los autores de la sustracción de un móvil de una amiga

Detienen a dos jóvenes de nacionalidad rumana que fingían pedir limosna para cometer hurtos en locales de Vigo

Agentes de la Policía Nacional de Vigo han detenido a dos jóvenes de nacionalidad rumana, de 18 años de edad y residentes en un hostal de la ciudad, como presuntos autores de un delito de hurto, y a quienes se les imputan otros dos hechos del mismo tipo cometidos cuando fingían que pedían limosna en diversos locales.
Según informan las fuerzas de seguridad, la detención pudo realizarse este viernes cuando una patrulla acudió al número 121 de la Travesía de Vigo tras recibir el aviso de la propietaria de una peluquería, la cual les explicó que acababa de reconocer a dos individuos que habían acudido a pedir cita como los autores del hurto del teléfono de una amiga. Estos hechos habían ocurrido el pasado 1 de noviembre en una cafetería de la calle Martínez Garrido y el teléfono sustraído, de última generación, tenía un valor aproximado de 600 euros.

La misma mujer explicó a los agentes que unas personas de confianza habían seguido a los sospechosos por lo que, con los datos que facilitaron sobre la situación de los dos jóvenes, se pudo proceder a su detención.

OTROS HURTOS

Cuando la Policía identificó a los dos individuos se percató de que, sobre las 15.00 horas de ese mismo viernes, la propietaria de una peluquería de la calle Couto Piñeiro denunció que dos varones -con las mismas características que los sospechosos- habían hurtado un teléfono móvil valorado en 500 euros valiéndose de un engaño, hecho que también se imputa a los dos jóvenes.

Una vez arrestados, las fuerzas de seguridad comprobaron que también se les atribuye un tercer hurto, en este caso en una cafetería de la zona de Balaídos.

La Policía informa de que el 'modus operandi' de consiste en acudir a lugares como cafeterías u otros recintos donde hay afluencia de público y, por medio de engaños, pedir limosna y exhibir un papel plastificado para que la víctima lo lea. De ese modo, una vez que la persona está entretenida y baja la vigilancia sobre sus efectos personales, los sospechosos aprovechaban el propio papel como elemento de ocultación a la hora de sustraer efectos que estaban encima de las mesas.

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