La Executiva del BNG descarta una dimisión inminente de su portavoz nacional, Anxo Quintana, tras los resultados electorales del 1-M --que supuso la pérdida de un escaño en el Parlamento--, puesto que crearía un vacío de poder en el seno del BNG y un ensimismamiento interno en un momento en que la formación decidió priorizar su trabajo ante la crisis económica al debate interno.
Con todo, la formación nacionalista ha decidido abrir un periodo, al que ha denominado de reflexión, de forma que tras la reunión de la Executiva celebrada ayer, el Consello Nacional del BNG --máximo órgano de decisión entre asambleas-se reunirá el sábado día 14 para analizar los continuos retrocesos electorales de esta formación, así como definir objetivos ante el nuevo panorama que abrió la pérdida del poder en la Xunta y el consecuente pase a la oposición.
El máximo órgano del BNG pretende también avanzar en el debate acerca de las personas adecuadas para llevar adelante los nuevos retos que se le abren a la formación nacionalista, pero las fuentes de la Executiva consultadas insistieron en descartar una dimisión inminente de Anxo Quintana.
Estas fuentes justificaron el calendario decidido por el Bloque para abordar el nuevo panorama que abrió el 1-M, así como la continuidad de Anxo Quintana al frente de la portavocía nacional para evitar un vacío de poder en el arranque de una nueva legislatura y a tres meses de las elecciones europeas. Al respecto, argumentaron que el BNG cuenta con procesos internos democráticos que están reglamentados para afrontar este tipo de decisiones.
De hecho, destacan como relevante que en el Bloque no haya habido llamada de nadie para obligar a la dimisión del portavoz nacional, en referencia velada a la decisión del candidato socialista y presidente de la Xunta en funciones, Emilio Pérez Touriño.
ASUNCION DE RESPONSABILIDADES
Por el contrario, los nacionalistas reivindican su sistema interno para la asunción de responsabilidades y aseguran que Anxo Quintana no se aferró al cargo. Las fuentes de la Executiva consultadas aseguraron, además, que los otros 14 miembros de este órgano de dirección están dispuestos a acatar las decisiones del Consello Nacional en caso de que se extendiese a ellos la solicitud de responsabilidades por los resultados electorales.
De este modo, el BNG rechaza un proceso extraordinario en caliente tras las elecciones, puesto que su calendario ya obliga a convocar la Asamblea Nacional ordinaria antes del mes de noviembre.
Antes de los comicios del domingo estaba pensado agotar este plazo, pero ahora se podría adelantar para justo antes del mes de agosto, aunque el debate interno sobre esta fecha aún no ha sido abierto en los órganos de decisión.
El reglamento interno del Bloque estipula un plazo de tres meses de duración para la celebración de una asamblea, ya que ésta deberá convocarse con más de 60 días de antelación. El proceso se cierra definitivamente 30 días después del cónclave, tras la remisión de las decisiones de la asamblea a las comarcas.
ELECCIONES EUROPEAS
Por ello, miembros de la Executiva consideran irresponsable convocar 'ipso facto' la asamblea, puesto que el debate se produciría en pleno proceso electoral europeo. Así, mientras que no se produzca esta asamblea, Anxo Quintana continuaría como portavoz nacional del Bloque.
Así, los nacionalistas buscan no incurrir en un vacío de dirección para afrontar con garantías el arranque de la VIII Legislatura y poder ejercer las labores de oposición al PPdeG, que ahora cuenta con una mayoría absoluta amplia de 39 diputados, a la espera del recuento del voto emigrante.
En este sentido, consideran un acto de responsabilidad con la ciudadanía gobernar la casa con un sistema democrático interno, aunque admiten que, socialmente y, especialmente los votantes del PPdeG, preferirían que se señalase un culpable. No obstante, recuerdan el conflicto que sufrió el PP nacional después de que Mariano Rajoy perdiese las elecciones generales en que unos se peleaban con los otros.
En contraposición, las mismas fuentes nacionalistas ven lógico, bueno y democrático que la decisión de un nuevo portavoz nacional se haga con la opinión de todo el mundo en una asamblea y que se pidan, en los organismos internos, las responsabilidades pertinentes ante unos resultados que son malos.
El máximo órgano del BNG pretende también avanzar en el debate acerca de las personas adecuadas para llevar adelante los nuevos retos que se le abren a la formación nacionalista, pero las fuentes de la Executiva consultadas insistieron en descartar una dimisión inminente de Anxo Quintana.
Estas fuentes justificaron el calendario decidido por el Bloque para abordar el nuevo panorama que abrió el 1-M, así como la continuidad de Anxo Quintana al frente de la portavocía nacional para evitar un vacío de poder en el arranque de una nueva legislatura y a tres meses de las elecciones europeas. Al respecto, argumentaron que el BNG cuenta con procesos internos democráticos que están reglamentados para afrontar este tipo de decisiones.
De hecho, destacan como relevante que en el Bloque no haya habido llamada de nadie para obligar a la dimisión del portavoz nacional, en referencia velada a la decisión del candidato socialista y presidente de la Xunta en funciones, Emilio Pérez Touriño.
ASUNCION DE RESPONSABILIDADES
Por el contrario, los nacionalistas reivindican su sistema interno para la asunción de responsabilidades y aseguran que Anxo Quintana no se aferró al cargo. Las fuentes de la Executiva consultadas aseguraron, además, que los otros 14 miembros de este órgano de dirección están dispuestos a acatar las decisiones del Consello Nacional en caso de que se extendiese a ellos la solicitud de responsabilidades por los resultados electorales.
De este modo, el BNG rechaza un proceso extraordinario en caliente tras las elecciones, puesto que su calendario ya obliga a convocar la Asamblea Nacional ordinaria antes del mes de noviembre.
Antes de los comicios del domingo estaba pensado agotar este plazo, pero ahora se podría adelantar para justo antes del mes de agosto, aunque el debate interno sobre esta fecha aún no ha sido abierto en los órganos de decisión.
El reglamento interno del Bloque estipula un plazo de tres meses de duración para la celebración de una asamblea, ya que ésta deberá convocarse con más de 60 días de antelación. El proceso se cierra definitivamente 30 días después del cónclave, tras la remisión de las decisiones de la asamblea a las comarcas.
ELECCIONES EUROPEAS
Por ello, miembros de la Executiva consideran irresponsable convocar 'ipso facto' la asamblea, puesto que el debate se produciría en pleno proceso electoral europeo. Así, mientras que no se produzca esta asamblea, Anxo Quintana continuaría como portavoz nacional del Bloque.
Así, los nacionalistas buscan no incurrir en un vacío de dirección para afrontar con garantías el arranque de la VIII Legislatura y poder ejercer las labores de oposición al PPdeG, que ahora cuenta con una mayoría absoluta amplia de 39 diputados, a la espera del recuento del voto emigrante.
En este sentido, consideran un acto de responsabilidad con la ciudadanía gobernar la casa con un sistema democrático interno, aunque admiten que, socialmente y, especialmente los votantes del PPdeG, preferirían que se señalase un culpable. No obstante, recuerdan el conflicto que sufrió el PP nacional después de que Mariano Rajoy perdiese las elecciones generales en que unos se peleaban con los otros.
En contraposición, las mismas fuentes nacionalistas ven lógico, bueno y democrático que la decisión de un nuevo portavoz nacional se haga con la opinión de todo el mundo en una asamblea y que se pidan, en los organismos internos, las responsabilidades pertinentes ante unos resultados que son malos.