El candidato del PP pone el foco en Zapatero y el bipartito y el del BNG le reprocha con números que 'no merece ganar'

Feijóo se queda en el retrovisor y Jorquera no logra rematar la faena

Alberto Núñez Feijóo (i.) y Francisco Jorquera en los momentos previos al comienzo del debate electoral.
Una hora de televisión malgastada que pagamos todos. Casi no se entiende que alguien se felicite porque en Galicia se hayan recuperado los debates durante la campaña electoral entre los aspirantes a presidir la Xunta después de 19 años de apagón . Los políticos deberían estar tan preocupados como la sociedad lo está con ellos.
Un par de apariciones estelares como la que se vio ayer y la gente no solo apaga el televisor, sino que igual corre a las instalaciones de la Televisión de Galicia para recuperar su dinero.
Es bueno que los candidatos debatan, pero este modelo anclado con el andamiaje que establecen los aparatos de los partidos políticos no funciona. ¿Qué pinta la moderadora-periodista si no puede corregir las cifras, muchas veces tramposas, según pasen por un cribo o por el otro? ¿Cómo se pueden dar números distintos de desempleados cuando de lo que se está hablando no es de estadísticas sino de dramas personales? ¿Qué Galicia queremos para nuestros hijos? ¿Cómo lo vamos a hacer?
Alberto Núñez Feijóo se pasó los más de 60 minutos que duró la opereta trayendo a la mesa de debate al bipartito y al apoyo del BNG en los primeros años del Gobierno de Zapatero, sin que Francisco Jorquera fuese capaz de encaminarlo hacia el camino del futuro. Una hora mirando por el retrovisor. ¿Se va a pagar por el transporte para algo tan molesto como la diálisis o no? ¿Cuánta va a ser la inversión para la Sanidad y la Eduación públicas? ¿Por qué sectores productivos vamos a apostar de manera decidida? ¿Qué nos deparará el futuro?
Por poner un ejemplo, se habló mucho de lo que no hicieron unos y otros para arreglar el problema del naval y nada de lo que se va a hacer a partir de ahora.

DESCREIMIENTO
El culmen de las descreimiento llegó cuando la persona que hasta el momento Gobierna esta tierra intentó desmentir una información mostrada por Jorquera y publicada por este periódico en la que se decía que 'el Sergas incumple el plazo límite de atención a los enfermos de cáncer'. Feijóo contrarrestó argumentando que 'hay prensa que atenta contra la sanidad pública porque no publicó un comunicado' que al día siguiente firmaron varios facultativos ourensanos precisando la información, pero no desmitiéndola. Resulta que este periódico sí publicó el comunicado en contra de la disculpa que arguyó el candidato del PP.

admisión
Al menos, Alberto Núñez Feijóo sí reconoció que existe un informe del Consello de Contas en el que dice que su Gobierno trasladó 411 millones en facturas del ejercicio 2010 al 2011 para cumplir con el objetivo de déficit, eso sí, según el presidente, 'no se trata de un informe', y así le pidió a Jorquera que lo reconociese, sino un 'anteproyecto'. 'Que lleva la firma de José Antonio Orza', el hombre que hacía los números durante los gobiernos de Manuel Fraga, le contestó Jorquera. Fue pasado y pasado. Fraga, Zapatero, Quintana. Hasta el 'Prestige', que vuelve a estar de actualidad por el juicio. Pero nada se mencionó de qué vamos a hacer si vuelve a ocurrir otra catástrofe.
Feijóo se esforzó por vincular al BNG con el PSdeG, incidiendo en que él solo necesita un pacto con los gallegos y Jorquera contraatacó proclamando que en esta ocasión 'no va a ser una coalición como la de antes', además de recordarle que 'no vaya a ser que usted tenga que pactar con 'Baltar y Mario Conde'.
En cada uno de los temas importantes que sacó Jorquera, como la pérdida del músculo financiero de Galicia, las preferentes, el paro, las listas de espera, el número de docentes en los colegios, la atención a los dependientes, los hospitales que no acaban de construirse, Feijóo llevó a la mesa la comparación con el pasado y su sumisión a Pachi Vázquez. El nacionalista picó por no morderse la lengua. Jorquera comenzó con más brío y Feijóo que se fue recuperando a medida que transcurría el debate. Cuando acabó el cara a cara, dio la impresión de que se había asistido a una clase de historia en vez de intentar descifrar el futuro. Para saber de verdad las listas de espera, como sugirió Jorquera, son más fiables los pasillos de los hospitales que la web del Sergas.

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