El funcionario de prisiones Luis Alberto G.A. aseguró no comprender las razones que pudieron llevar a una interna de la cárcel pontevedresa de A Lama a denunciarle falsamente por acoso, y reiteró que jamás tuvo relación alguna con esa mujer, que la conocía únicamente de vista y que nunca tuvieron ningún conflicto.
Sin embargo, durante el juicio celebrado en la Sección Segunda de la Audiencia Provincial de Pontevedra, la mujer ratificó la denuncia, y aseguró que el acoso comenzó cuando llevaba un año en la cárcel de A Lama y fue destinada a la cocina.
Me pidió mantener relaciones sexuales y me ofreció dinero, permisos y objetos que dentro están prohibidos, pero me negué en todo momento, y entonces me amenazó con que me iba a hacer la vida imposible dentro y fuera de la cárcel, manifestó la mujer, que declaró en el juicio a través de videoconferencia mientras el funcionario negaba con la cabeza.
El fiscal consideró que la denuncia de la mujer es una imputación directa sin ambigüedades ni contradicciones y añadió que no hay una explicación lógica y racional a la presentación de esta denuncia si eso no hubiera ocurrido.
Así, calificó los hechos como constitutivos de un delito de abuso de poder en el ejercicio de sus funciones, y pidió para el acusado la pena de dos años de prisión e inhabilitación durante siete años.
COMPAÑERO EJEMPLAR
Por su parte el sindicato de prisiones mayoritario en el penal de A Lama, Acaip, calificó al acusado como un compañero ejemplar y se atribuyó a la dejadez de la dirección de la cárcel que esta denuncia llegase a juicio.
Hemos tenido situaciones graves ante las que el centro realizó una investigación, pero en este caso lo único que se hizo fue tramitar la denuncia, señaló un delegado sindical de Acaip al finalizar la vista oral.
Me pidió mantener relaciones sexuales y me ofreció dinero, permisos y objetos que dentro están prohibidos, pero me negué en todo momento, y entonces me amenazó con que me iba a hacer la vida imposible dentro y fuera de la cárcel, manifestó la mujer, que declaró en el juicio a través de videoconferencia mientras el funcionario negaba con la cabeza.
El fiscal consideró que la denuncia de la mujer es una imputación directa sin ambigüedades ni contradicciones y añadió que no hay una explicación lógica y racional a la presentación de esta denuncia si eso no hubiera ocurrido.
Así, calificó los hechos como constitutivos de un delito de abuso de poder en el ejercicio de sus funciones, y pidió para el acusado la pena de dos años de prisión e inhabilitación durante siete años.
COMPAÑERO EJEMPLAR
Por su parte el sindicato de prisiones mayoritario en el penal de A Lama, Acaip, calificó al acusado como un compañero ejemplar y se atribuyó a la dejadez de la dirección de la cárcel que esta denuncia llegase a juicio.
Hemos tenido situaciones graves ante las que el centro realizó una investigación, pero en este caso lo único que se hizo fue tramitar la denuncia, señaló un delegado sindical de Acaip al finalizar la vista oral.
