Aquello de “abróchense los cinturones, que vamos a despegar” le cae como anillo al dedo a la industria aeronáutica gallega. En los últimos años, el sector se ha convertido en un referente del progreso de la economía autonómica, con varios buques insignia que marcan su rumbo hacia lo más alto. Gigantes internacionales como Airbus, Boeing o Indra han puesto su mirada en el cielo gallego, que aterriza en el Polo Aeroespacial como escenario de referencia.
De acuerdo al informe anual elaborado por el Consorcio Aeronáutico Gallego, en el año 2019, el sector facturó 132 millones de euros, unos datos que se incrementaban un 2% con respecto a los registrados el año anterior. Entre esas cifras y la actualidad ha habido por medio una pandemia que tuvo consecuencias muy negativas para la industria aeronáutica y aeroespacial.
Tanto fue así que el valor añadido del sector aeronáutico en 2020 alcanzó los 18,1 millones de euros, una cifra mucho menor que la de años previos. De hecho, en 2019 estas cifras llegaron a representar los 39,6 millones de euros. Los ámbitos de la construcción y la reparación fueron los más afectados por la crisis derivada del covid. No obstante, la recuperación también ha despegado y las cifras conjuntas del sistema de valor de las empresas del sector aeronáutico y aeroespacial supuso para Galicia 157,3 millones de euros en el año 2020. Hoy, tres años después, la facturación alcanzada de forma anual supera los 90 millones de euros.
A nivel de competitividad, se trata de una industria que goza de gran salud. De hecho, el informe del Consorcio Aeronáutico Gallego constata que el sistema de valor del sector “es mucho más competitivo y rentable que el conjunto del sector en España”. Sin embargo, apuntan hacia el reducido tamaño medio de las empresas gallegas como un posible freno a la rentabilidad empresarial del sector. “Existen, por tanto, dos determinantes de la rentabilidad empresarial del sector aeronáutico que operan en dirección opuesta a la hora de determinar su rentabilidad empresarial. En términos cuantitativos, la aeronáutica de la comunidad autónoma muestra un nivel de rentabilidad económica (3,1%) superior a la media del sector en España (2,4%), aunque inferior a la media de las empresas gallegas (10,2%). La rentabilidad del aeroespacial es incluso superior (7,3%) a la media del sector aeronáutico.
Los datos que maneja el Consorcio dan cuenta de un ámbito que se está convirtiendo en referente y que da empleo directo a 1.260 personas a través de 40 empresas. Son cifras que permitían a comienzos de este año afrontar el 2023 con grandes expectativas desde la organización que aglutina a las empresas del sector. Así, el presidente del CAG, Enrqiue Mallón, recordaba que el 2022 ha sido un año en el que, a falta de cerrar los datos, la industria aeronáutica ha aumentado tanto en empleo como en facturación. Por el momento, el último informe del CAG señala que 30 empresas trabajan directamente para grandes fabricantes o proveedores de primer nivel internacional, acumulando una inversión de más de 112 millones de euros en los últimos cuatro años.
De hecho, Mallón recordaba en enero que Galicia es “prácticamente la única comunidad en España que, en la última década, ha dado un paso de gigante” en el crecimiento de esta industria, con un tejido empresarial que ha sabido trasladar una imagen de seriedad y capacidad, y con una diversificación de sus actividades.
Oportunidades
La recuperación de la industria aeronáutica y aeroespacial tras la pandemia es un hecho. La asamblea del CAG perfiló el segmento de los drones y la aviación militar como las grandes oportunidades que ahora mismo se presentan en el horizonte. “Por Galicia están pasando los grandes fabricantes en aviación comercial y no tripulados, fruto del esfuerzo público-privado realizado en los últimos años por parte del CAG y de la propia Xunta”, explicó Mallón en la última asamblea.
El presidente de la asociación ha querido nombrar también la “potente” apuesta que supone el Centro de Investigación Aerotransportada de Rozas, en Lugo, para todo el sector en Galicia.
Con estos puntos de partida, el 2023 es un año de grandes esperanzas y, a pesar de algunas trabas como los problemas con ciertos suministros, el coste energético o la falta de personal cualificado, las empresas cuentan con una importante carga de trabajo.
Polo aeroespacial
La industria aeronáutica gallega trata de dar ahora un nuevo salto a través del Perte Aeroespacial, con “empresas galelgas muy bien posicionadas”, según explicó el comisionado del Ministerio de Ciencia e Innovación, Miguel Belló. En juego están ayudas que superarán los 5.000 millones de euros entre capital público y privado.
La Xunta de Galicia ha tomado nota de las oportunidades del sector aeronáutico y aeroespacial para situar a la comunidad autónoma como referente de la innovación y mantiene desde el año 2021 la Civil UAVs Initiative, dando continuidad a la iniciativa impulsada en 2015 para promover el desarrollo tecnológico de vehículos y sistemas no tripulados. De ella forman parte también el Instituto Nacional de Técnica Aeroespacial (INTA) del Ministerio de Defensa, el Ministerio de Ciencia, el Ministerio de Fomento y varios socios públicos y privados, así como empresas del sector.
En esta estrategia, que se extenderá hasta 2025, se espera movilizar una inversión de más de 540 millones de euros a través de colaboración público-privada. Como escenario principal de la iniciativa, el Polo Aeroespacial de Galicia, con sede en el aeródromo de Rozas en Castro de Rei (Lugo), donde se está revolucionando la industria de los drones gracias a una infraestructura científico-tecnológica a disposición de la industria y de los centros de conocimiento. Este Centro de Investigación Aerotransportada de Rozas (CIAR) se ha movilizado una inversión de más de 330 millones de euros en los últimos dos años.
Todo ello con la confianza de que la Xunta en que “el tejido empresarial, junto con los centros tecnológicos y de investigación, sea capaz, a través del Polo Aeroespacial de Galicia, de incrementar su participación en convocatorias de I+D nacionales e internacionales, en programas aeroespaciales y en la venta de su tecnología en otros mercados”, según explicaba el entonces conselleiro de Economía e Industria, Francisco Conde.
Actualmente, en las instalaciones de Rozas se están llevando a cabo proyectos con importantes empresas internacionales, como sistemas de vigilancia, embarcaciones no tripuladas, gestores de datos geolocalizados, iniciativas de cartografía, control forestal o apoyo al sector agrario.
Bfaero
Dentro de las oportunidades del sector público destaca la Business Factory Aero, una iniciativa pública autonómica que aporta infraestructuras y medios para ofrecer soporte a medida a proyectos aeroespaciales y vehículos no tripulados, enmarcado también en la Civil UAVs Initiative. Actualmente está abierta hasta este miércoles, día 28, la quinta edición del programa de apoyo a empresas y proyectos de esta aceleradora, en el que se ofrece apoyo económico y de asesoramiento a entidades en fase de incubación, aceleración y consolidación.
Todo para asegurar que el vuelo de la industria aeronáutica y aeroespacial de Galicia para convertirse en un referente económico internacional despega con éxito.
