Representantes de ambos colectivos se han reunido este viernes para zanjar los "malos entendidos" que habían provocado el desplazamiento de varias familias desde Tui y O Porriño
Los portavoces de los colectivos gitanos denominados gallegos y zamoranos han llegado hoy a un acuerdo con el que zanjan los "malos entendidos" que habían llevado al desplazamiento de varias familias desde sus residencias en las localidades pontevedresas de Tui y O Porriño.
Representantes de ambos colectivos se han reunido hoy tras la declaración de cuatro pastores evangélicos del clan zamoranos ante el Fiscal Superior de Galicia, Carlos Varela.
El abogado que representa a la Sociedad Gitana de Galicia, Cándido Conde-Pumpido, ha explicado que el acuerdo firmado "permite que exista una paz social duradera en el futuro".
"Incluye la libertad absoluta de todos los ambulantes para poder ejercer dentro de la figura del cooperativismo su actividad de compraventa", ha detallado.
Como contrapartida, el clan de los zamoranos renuncia a proseguir con las acciones judiciales iniciadas que dieron pie a la comparecencia de ambos ante el fiscal superior de Galicia.
El secretario general de la Sociedad Gitana de Galicia, Sinaí Giménez, trabajará a partir de ahora "para que las pequeñas diferencias se vayan dejando a un lado".
"La convivencia entre todos los gitanos era una cosa muy lógica y muy normal. En ningún momento hemos mantenido ningún tipo de conflicto, simplemente ha habido malestar por ambas partes. Al final con diálogo la gente se entiende", ha señalado el hijo del llamado Rey de los Gitanos en Galicia.
Giménez ha culpado a quien denunció el supuesto destierro ante la Justicia, Francisco Romero Alvite, presidente de la Asociación Galega de Autónomos e Ambulantes, pues considera que solo creaba mal ambiente en los dos grupos.
"Hubo malos entendidos. La convivencia siempre existió, nunca faltó en el pueblo gitano. Simplemente había personas que estaban por el medio que estaban contaminándonos", ha añadido.
Luis León, que ha ejercido como portavoz de los cuatro pastores evangélicos que hoy declararon ante el fiscal, ha señalado por su parte que ha habido "ciertas desavenencias y un poquito de alejamiento" entre los clanes de gallegos y zamoranos, "pero se ha llegado a un acuerdo".
"En breve saldremos a trabajar y esto, con la ayuda de Dios, lo dejaremos en el olvido. En el cielo, gloria, y en la tierra, paz, todo el mundo a caminar", ha subrayado.
Unas 400 personas regresaron el pasado diciembre a sus viviendas en Tui y O Porriño tras partir una semana antes a Castilla, de donde son originarias sus familias, debido a su conflicto con el llamado clan de los Morones.
