El detenido recibió el apoyo expreso de su familia con palabras de ánimo durante su interrogatorio judicial
La prisión provincial de A Lama activó el protocolo antisuicidios para el presunto asesino de Ana Enjamio. César Adrio, ingresó en la tarde del miércoles en el penal pontevedrés después de que la titular del Juzgado de Violencia decretara la prisión ante el riesgo de destrucción de pruebas.
Tras una breve comparecencia en la que el ingeniero sólo contestó a las preguntas de su defensa y en la que se mantuvo firme al no confesar el crimen, fue trasladado hasta la cárcel e ingresado en un módulo donde se le asignó un compañero de vigilancia en prevención de que pueda intentar acabar con su vida.
Hay que recordar que el que fuera pareja de la víctima fue detenido precisamente tras un intento de suicidio cometido en la bañera de su casa, donde fue encontrado con unos leves cortes en las muñecas, por lo que fue ingresado en Urgencias del Cunqueiro, donde fue detenido.
Durante su estancia en los juzgados vigueses y antes de recibir el auto judicial, César Adrio fue examinado por el forense quien no sólo analizó las lesiones autoinfringidas sino también cualquier posible señal que pudiera actuar de indicio en el crimen. La mujer fue apuñalada hasta en diez ocasiones y los forenses observaron en el cadáver, que tenía una pulsera rota, muestras de resistencia, por lo que cualquier erosión, arañazo u otro tipo de marcas en el detenido podría ser clave para mantener la hipótesis de la policía en este caso.
Los investigadores creen que César Adrio, que había mantenido una relación de unos dos meses con la víctima, con la que llegó a convivir en un piso alquilado en Teis, no aceptó la ruptura de esta relación. El día de la cena, presuntamente, el detenido habría pinchado una rueda del coche de la víctima para asegurarse de que necesitara que alguien la llevara y la trajera del encuentro con los compañeros.
PINCHAZO PROVOCADO
La Policía comprobó que el coche de Ana Enjamio era nuevo lo que reforzaría la idea de un pinchazo provocado. Aquella noche, siempre según la hipótesis que manejan los investigadores y que trabajan en comprobar mediante pruebas, César fue el primero en marcharse de la cena. Lo hizo antes de preguntarle a la víctima si se iba con él, su negativa fue determinante.
Durante su testimonio como testigo ante la Policía, el ingeniero aseguró que se fue a la casa de sus padres en Candeán, donde reside desde que se separó y se acostó. Después se despertó por la mañana, se dio una ducha y se marchó hasta Vilagarcía para ver a sus hijos, algo que ha sido confirmado. No obstante, para la investigación, el sospechoso hizo antes una parada en la avenida de Madrid, junto al domicilio de la víctima y allí la esperó para abordarla.
En el portal fue donde se produjo el crimen a cuchilladas, hasta una decena, realizadas con un cuchillo jamonero. El cuerpo estaba boca abajo, con una cuchillada en la yugular y tenía otras tantas puñaladas en por todo el abdomen.
No aparecieron restos en la ropa del acusado
El sospechoso entregó a la Policía la ropa con la que había ido a la cena esa noche y que fue corroborada con otros testigos.
En ella no se encontró resto alguno tras una exhaustiva comprobación, por lo que los agentes creen que tuvo tiempo de cambiarse de ropa, por completo, pues ni siquiera se encontraron huellas de pisadas en el rellano de la escalera, a pesar del gran charco de sangre que había junto al cadáver de la joven.
De ahí que antes de su ingreso en prisión, el detenido fuera llevado a su casa en Candeán para un nuevo registro de la vivienda con el objeto de saber si faltaba algún cuchillo en la cocina o de encontrar otra ropa que pudiera haber sido empleada aquella noche así como el móvil de ella, que todavía no ha sido encontrado.
Aunque no haya sido localizado, la Policía está rastreando la señal del itinerario de aquella noche algo que se puede hacer, aún estando apagado, siempre que tuviera batería suficiente.
La familia del sospechoso estuvo arropándole durante el registro y también en el juzgado, donde le lanzó palabras de ánimo, “César estamos contigo”.
El juzgado continúa autorizando nuevas diligencias para aportar pruebas contra el sospechoso que podría recurrir el auto de prisión, algo que de producirse se tendría que resolver de forma urgente por la Audiencia en un plazo máximo de 30 días.
