Los asaltantes simularon llevar a tierra a tres tripulantes y luego les encerraron nueve días, según otro testigo

Un marinero gallego dice que el Gobierno hizo 'una chapuza' por difundir los arrestos 'a los cuatro vientos'

Uno de los marineros gallegos del atunero 'Alakrana', que fue capturado el 2 de octubre de 2008 y permaneció secuestrado durante 47 días frente a las costas de Somalia, ha asegurado en la Audiencia Nacional que el Gobierno hizo 'una puñetera chapuza' por 'propagar' las detenciones de los dos acusados 'a los cuatro vientos'.
'Nos ha tocado a nosotros, pues mala suerte, pero las cosas se podrían haber hecho mejor porque el Gobierno ha hecho una puñetera chapuza. Lo que no puede ser es coger un barco y el barco donde todos estos señores estaban implicados, predicarlo a los cuatro vientos, eso no le entra a nadie. Pienso que deberían hacer mejor las cosas... ¡O por lo menos callárselas!', ha dicho, visiblemente enfadado, el marinero gallego Secundino da Costa Cordeiro, que ejercía las labores de panguero en el barco secuestrado.

Da Costa, que ha comparecido como testigo en la segunda jornada del juicio que se sigue en la Audiencia Nacional contra los presuntos piratas Raageggesey Hassan Aji y Cabdullahi Cabduwily, alias 'Abdu Willy', ha reconocido al primero de los acusados entre el grupo de asaltantes. 'El otro no me di cuenta porque estos son todos iguales', ha añadido.

Tras detallar los 'malos tratos' que sufrió la tripulación, el compareciente ha asegurado que los piratas estaban todo el día 'colocados' y que, a pesar de ello, no eran 'unos aficionados'. 'Eran gente muy preparada, no daban palos de ciego', ha dicho antes de añadir que 'tienen la mente tan pequeña que les daba por cerrar la puerta a golpes'.

SIMULACRO DE ENTREGA

Otro de los testigos, el electricista Antonio Pérez Fernández, ha contado que los asaltantes simularon llevarle a tierra junto a otros dos compañeros y que, tras una breve incursión en el mar a bordo de un bote, les devolvieron al 'Alakrana' y les encerraron en un camarote durante nueve días, en los que no tuvieron contacto con el resto de la tripulación.

El testigo, que ha reconocido a 'Abdu Willy' entre los piratas que tomaron el control del barco y ha asegurado que 'iba armado', ha asegurado ante el tribunal que 'nunca' olvidará el día en que los piratas realizaron un 'simulacro de fusilamiento' en la cubierta y les dispararon con un lanzagranadas por encima de sus cabezas.

Después de 'un rato', le ordenaron a él, a un oficial de puente y a otro marinero que llamaran por teléfono a sus familias porque iban a ser conducidos a la costa somalí. El objetivo de esta maniobra era entregarles a los familiares de los dos acusados, que en aquellas fechas ya habían sido trasladados a España, según declaró tanto Da Costa como el engrasador Gaizka Iturbe.

'Nos hicieron llamar a los tres a las familias pero no sé con qué intención. Yo hablé con mi mujer pero no le dije que nos iban a llevar a tierra porque no sabía qué iban a hacer', ha señalado el marinero antes de añadir que, tras hacer 'ademán' de llevarlos a tierra en un bote, los piratas les devolvieron al 'Alakrana' y les 'apartaron en un camarote'. Allí, permanecieron apartados de sus compañeros durante nueve días, 'hasta dos o tres antes' del 17 de noviembre, en que se produjo la liberación.

El marinero también ha señalado que durante el secuestro se vivieron numerosos episodios 'violentos' en los que se sucedían 'golpes, gestos de cortar el cuello y amenazas'. De igual modo, ha añadido que los piratas eran 'unos guarros' y se dedicaban a 'romper por romper'.

'¡ESTAMOS DE BARCOS YA!'

Durante la sesión, la presidenta del tribunal, Angela Murillo, ha reprochado varias veces al abogado de los piratas, Andrea Chalaris, que hiciera preguntas excesivamente técnicas a los testigos. 'Sabe usted de embarcaciones para escribir un libro', he ha reprochado en uno de los interrogatorios. En otro le ha cortado espetándole: '¡Venga, venga, que estamos de barcos ya!'.

El juicio se reanudará el próximo lunes con nuevos testimonios de los marineros secuestrados. Los dos acusados se enfrentan a 220 años de cárcel por 36 delitos de detención ilegal -6 años por cada uno de los marineros-y robo con violencia y uso de armas, que está tipificado con 4 años más. Las acusaciones particulares de cuatro marineros les acusan, además, de un delito de asociación ilícita.

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