El exdirector general de Caixa Galicia, José Luis Méndez, aseguró ayer que 'nadie' le 'apartó' del cargo sino que fue él quien decidió jubilarse meses antes de la fusión de esa entidad con Caixanova, y aludió a esta razón para calificar de 'conjeturas' sus opiniones sobre lo que sucedió luego. También se refirió a las cláusulas de confidencialidad de su contrato para no arrojar luz sobre cuestiones como las indemnizaciones millonarias a altos directivos, a las que él renunció porque 'no era moral reclamarlas', ya que se fue 'por decisión voluntaria' y la comercialización de preferentes.
En su comparecencia en la comisión parlamentaria de investigación sobre la fusión y posterior desaparición de las cajas de ahorro, Méndez explicó que en junio de 2010 planteó su jubilación, ratificada dos meses más tarde, porque pensaba que 'debía ceder el testigo a nuevas generaciones'. Abundó en que no recibió 'más presión que el libre albedrío' ni hizo más consultas que a su mujer para acordar, de mutuo acuerdo, la extinción de su contrato de alta dirección, con una 'renuncia expresa' a recibir indemnización alguna.
Sobre la fusión, indicó que a finales de 2009 y en vista de la redefinición del mapa financiero español Caixa Galicia trabajó con varios escenarios: seguir en solitario, lo que se descartó por 'la dinámica de reducción' de entidades, o la fusión, bien en un SIP, con otras cajas de fuera de Galicia o con Caixanova. Méndez enfatizó que la fusión gallega contó con la bendición de la Xunta y del Banco de España y que fue ratificada por el consejo de administración de la entidad que encabezaba.
En este punto, garantizó que durante su trayectoria en Caixa Galicia no tomó ningún acuerdo 'de espaldas' al consejo, después de que el portavoz del BNG, Francisco Jorquera, le acusara de que tenía 'prácticamente cerrado' un acuerdo de fusión con Caja Madrid que 'a efectos prácticos' habría supuesto una absorción. Méndez aseguró también que los datos que aportó Caixa Galicia durante el proceso de negociación de la fusión fueron 'rigurosos y completos' y reflejaban 'la realidad', y que si en la auditoría de KPMG hay 'divergencias en el escenario' o 'inexactitud' de la información recogida, no es achacable a la entidad del norte. Por eso, dijo desconocer por qué si la caja daba beneficios antes de la fusión, tras la misma con Caixanova acabó recibiendo una inyección de más de 9.000 millones de euros.
Durante su comparecencia recibió reproches y calificativos de todo tipo, desde Jorquera, que lo bautizó como el 'Rodrigo Rato' de Galicia, hasta la viceportavoz de AGE, Yolanda Díaz, que lo vio como un 'auténtico César' que pretende 'ser juez y parte' al aludir a la confidencialidad para no opinar de lo que sucedió tras su jubilación.
Sobre la fusión, indicó que a finales de 2009 y en vista de la redefinición del mapa financiero español Caixa Galicia trabajó con varios escenarios: seguir en solitario, lo que se descartó por 'la dinámica de reducción' de entidades, o la fusión, bien en un SIP, con otras cajas de fuera de Galicia o con Caixanova. Méndez enfatizó que la fusión gallega contó con la bendición de la Xunta y del Banco de España y que fue ratificada por el consejo de administración de la entidad que encabezaba.
En este punto, garantizó que durante su trayectoria en Caixa Galicia no tomó ningún acuerdo 'de espaldas' al consejo, después de que el portavoz del BNG, Francisco Jorquera, le acusara de que tenía 'prácticamente cerrado' un acuerdo de fusión con Caja Madrid que 'a efectos prácticos' habría supuesto una absorción. Méndez aseguró también que los datos que aportó Caixa Galicia durante el proceso de negociación de la fusión fueron 'rigurosos y completos' y reflejaban 'la realidad', y que si en la auditoría de KPMG hay 'divergencias en el escenario' o 'inexactitud' de la información recogida, no es achacable a la entidad del norte. Por eso, dijo desconocer por qué si la caja daba beneficios antes de la fusión, tras la misma con Caixanova acabó recibiendo una inyección de más de 9.000 millones de euros.
Durante su comparecencia recibió reproches y calificativos de todo tipo, desde Jorquera, que lo bautizó como el 'Rodrigo Rato' de Galicia, hasta la viceportavoz de AGE, Yolanda Díaz, que lo vio como un 'auténtico César' que pretende 'ser juez y parte' al aludir a la confidencialidad para no opinar de lo que sucedió tras su jubilación.
