Miles de peregrinos y turistas tomaron la ciudad

Miles de peregrinos y turistas inundaron en la jornada de ayer el casco viejo compostelano en el gran día de las fiestas del Apóstol, trayendo consigo la aparición de las 'colas' de personas ubicadas en los puntos de acceso a la catedral.
Así, centenares de ellos estuvieron esperando desde primera hora de la mañana del lunes en las plazas de Platerías y de la Inmaculada para poder acceder al interior del recinto de la catedral, con el objetivo de poder asistir al oficio religioso y a la tradicional Ofrenda al Apóstol.

Con una gran representación de visitantes de Portugal y de otras ciudades del Estado -como Madrid-, fueron muchos los que hicieron coincidir la fecha de llegada a Santiago tras el Camino con su día grande. Otros optaron por desplazarse desde segundas residencias vacacionales en la costa gallega para visitar la ciudad durante los días de fiesta, aunque no se queden a pernoctar.

Las fuertes medidas policiales establecidas para garantizar la seguridad durante estos días -y que, entre otras cosas, no permitía el acceso a la plaza del Obradoiro con mochilas- provocaron algunos momentos de aglomeración -en especial en la calle de la Azabachería-, en los minutos previos al acto de Ofrenda.

Con todo, pese a que la opinión generalizada era calificada como 'positiva', incidiendo en especial en aspectos como la 'buena organización de los aparcamientos y de la señalización', la nota discordante en esta buena valoración fue el estado de limpieza de las calles tras la noche de fiesta previa a la jornada, 'menos limpias de lo habitual' en la ciudad.

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