La detenida, de Chapela, que retuvo a cuatro empleados, actuó sola y carece de antecedentes
Una mujer, con la cara destapada y sin antecedentes, intentó atracar el pasado viernes una sucursal bancaria en plena Travesía de Vigo. La asaltante esperó a los empleados en la zona del cajero -que se comunica con el interior del banco- y cuando se disponían a entrar les conminó a que les entregara el dinero al grito de "esto es un atraco", mientras apretaba algo que parecía un arma en el bolsillo derecho de la ropa y que resultó ser un cuchillo de grandes dimensiones. Para intentar ocultar su identidad llevaba un gorro, unos guantes y el cuello del abrigo levantado. Dos agentes que llegaron al lugar alertados por el director de la entidad lograron reducirla cuando se disponía a abandonar la sucursal.
Una patrulla de paisano de la Policía Nacional logró detener a la mujer sin que se produjeran incidentes. En el interior de la sucursal en esos momentos había tres empleados del banco y una de las empleadas de la limpieza, dado que fue a primera hora y aún se encontraba en el local. La atracadora los retuvo a todos ellos mientras esperaba a que se abriera la caja de seguridad.
El director de la sucursal fue el encargado de dar la voz de alarma, ya que cuando iba a acceder a la oficina sus compañeras le habían hecho gestos desde el interior para que no entrase. Varias dotaciones policiales se desplazaron hasta el lugar y se situaron en puntos estratégicos para observar el interior sin ser vistas, mientras que dos agentes de paisano pasaron caminando por delante del banco y observaron que en el interior había una persona que ocultaba su rostro con un gorro y una cazadora de cuello alto y que tres empleadas esperaban al lado de la caja.
Después de comprobar que no había cómplices o vehículos sospechosos en las inmediaciones, dos policías simularon ser clientes y aprovecharon que la atracadora se acercaba a la puerta para pedirle que la abriera, tras lo que se abalanzaron sobre la mujer. Los policías le realizaron un cacheo, por el que le intervinieron un cuchillo, las llaves de un vehículo y otros efectos. A continuación, los demás agentes accedieron al interior del banco para comprobar el estado de los empleados.
La búsqueda del cómplice inexistente
Este es el primer atraco de estas características que se registra en Vigo. Lo inusual de que el atracador sea una mujer hizo sospechar en un primer momento a la Policía de que la detenida podía contar con un cómplice. Además, mientras que ella se encontraba en el interior de la sucursal bancaria, un hombre entró en el cajero automático para realizar una operación, lo que hizo sospechar que estuviera implicado también en el asalto. Esta posibilidad llevó a los agentes encargados de la investigación a montar un dispositivo policial para intentar encontrar al posible atracador. Todas las investigaciones dieron como resultado que la mujer, vecina de la cercana Chapela y de 50 años de edad, había actuado sola. También el hecho de que la detenida no cuente con antecedentes policiales es algo inusual en este tipo de delitos, así como la circunstancia de que la mujer mostrara en todo momento una actitud de "sangre fría" y control de la situación muy poco común durante un atraco, principalmente cuando en el mismo hay trabajadores retenidos y alguien entra en el cajero. Algo, esto último, que sucedió dos veces, ya que los policías lograron entrara en la agencia bancaria haciéndose pasar por clientes que querían acceder al cajero. Esta estratagema permitió que la atracadora no se inquietase y que se acercarse a la puerta sin sospechar nada, dejando a los trabajadores del banco y a la empleada de l servicio de limpieza lejos del lugar en el que fue interceptada por los dos agentes de la Policía.
