Los psicólogos creen que sus testimonios son ‘altamente creíbles’ pero ven ‘excepcional’ que mantuvieran el contacto con su padre

Las niñas africanas que denunciaron a su padre por violación ‘mintieron por resentimiento’, según la defensa

La Audiencia Provincial de Pontevedra dejó hoy visto para sentencia el juicio contra el africano Unisa Mansaray, acusado de violar en 31 ocasiones a sus dos hijas cuando éstas tenían 13 y 14 años de edad, después de que el abogado defensor, Alberto Fernández, solicitase para él la libre absolución al apelar a una falsa acusación de las niñas, que, según su argumentación, ‘denunciaron a su padre movidas por el resentimiento’.

El letrado hizo referencia a que las niñas, mayores de edad en la actualidad, aludieron durante su declaración a lo ‘estricto y disciplinado’ que es su padre en el ámbito familiar, en contra de lo que le ocurría a otras jóvenes de su entorno. ‘Tenían una libertad de la que ellas carecían’, argumentó.

Además, explicó que las niñas eran conocedoras de que la novia pontevedresa de su padre, con la que luego se casó, quería adoptarlas, motivo por el que confiaban en que podrían huir de la estricta disciplina paterna. No obstante, según el relato del abogado defensor, Unisa Mansaray ponía trabas a la adopción.

Por ello, frente a las argumentaciones de que ‘no hay motivación suficiente y coherente para pensar en una denuncia falsa’, el abogado defensor concluyó que ‘el resentimiento y el rencor podrían ser una motivación suficiente’.

PRUEBAS PERICIALES.

En cuanto a las pruebas periciales que centraron la sesión de hoy, los informes psicológicos indican que el acusado es ‘una persona normal que no sufre patología psiquiátrica alguna’. Sobre las hijas, los forenses indicaron que una de ellas tiene el himen ‘intacto’, lo que, aseguraron, es ‘incompatible con los hechos denunciados’.

Por su parte, los psicólogos señalaron que los testimonios de ambas son ‘altamente creíbles’ aunque calificaron como ‘algo excepcional’ que de forma voluntaria siguieron manteniendo contacto con su padre.

En este sentido, el abogado defensor mostró su ‘sorpresa’ por la ‘pasmosa tranquilidad’ que las jóvenes mostraron durante el juicio, ‘sin ningún tipo de nerviosismo ante la presencia del padre o por tener que recordar unos hechos tan traumáticos como los supuestamente vividos’.

Tras solicitar la libre absolución, el letrado planteó que, en caso de condena, se le impongan diez años de prisión, al entender que no se trata de varios sino de un delito continuado de abusos sexuales. Frente a eso, el fiscal Paulino González solicitó penas que suman 477 años de prisión al considerar probado que violó de forma reiterada a sus hijas de 13 y 14 años de edad.

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