El BNG afirma que perdió la confianza en el alcalde lucense, pero no dejará que lo desbanque el PP

Orozco remodela su gobierno y mantiene la línea del bipartito

Mario Outeiro, Alexandre Penas, Antón Bao y Paz Abraira, durante la rueda de prensa en Lugo. (Foto: ELISEO TRIGO)
Los concejales del BNG en el gobierno de coalición de Lugo presentaron ayer su baja al alcalde, el socialista José López Orozco, que queda en minoría, por su negativa a dimitir tras ser imputado en la Operación Pokemon, una decisión que el regidor insistió en que no adoptará y dijo que seguirá la 'línea' de gobierno del bipartito local.
El encargado de dar explicaciones por la decisión que adoptó el martes por la noche la asamblea de militantes nacionalistas en Lugo fue ayer el responsable local del BNG, Alexandre Penas, que compareció ante los medios de comunicación acompañado por los ediles que dejan el gobierno, Antón Bao y Paz Abraira, y un grupo de militantes.

Su comparecencia ante los medios, a la que también asistió Mario Outeiro, responsable comarcal del BNG y miembro de la coalición de gobierno con los socialistas en la Diputación de Lugo, se limitó a la lectura de un comunicado, de apenas folio y medio, y no aceptó preguntas de los periodistas. En ese comunicado, los nacionalistas explican que el 'BNG tiene un código ético en las instituciones' por el cual 'los cargos públicos que son imputados con acusaciones de ese tipo abandonan de inmediato sus cargos', para 'preservar a las instituciones y a los ciudadanos'.

De hecho, los nacionalistas subrayaron que la postura del alcalde, 'supuso una pérdida de confianza' en el 'socio de gobierno', aunque señalaron que, en cualquier caso, no facilitarán que el PP gobierne en la ciudad. Así se manifestó también también el portavoz nacional del BNG, Guillerme Vázquez.


LÍNEA DE GOBIERNO

López Orozco, que también compareció en Lugo ante los periodistas, reiteró que no tiene pensado dimitir y afirmó que intentará mantener la 'línea' de gobierno definida cuando suscribió el pacto con el BNG, 'con la impronta que le pueda dar cada concejal a ese trabajo'. El regidor local reconoció que siente la decisión de los concejales nacionalistas, por motivos políticos, dado que 'está claro que gobernar con un mayoría es bueno para la ciudad', pero también desde el punto de vista personal, porque los meses de 'convivencia' favorecieron 'relaciones humanas'.

En todo caso, después de anunciar el reparto de las áreas de gobierno que deja el BNG entre los once ediles socialistas que forman parte de la corporación municipal, subrayó que 'merece la pena' trabajar más por la ciudad y sacar adelante los asuntos pendientes, aunque sea con 'muchas más horas y mucho más esfuerzo'. Reconoció, en ese sentido, que los ediles socialistas tendrán que hacer 'un mayor esfuerzo político' para conseguir 'los votos suficientes para aprobar determinadas cosas en el pleno'.

'Está en nuestras manos lograr esos acuerdos y esos consensos en beneficio de la ciudad', insistió. El alcalde prestará declaración hoy como imputado por los delitos de cohecho y tráfico de influencias ante la juez instructora de la Operación Pokemon, Pilar de Lara, pero reiteró que no tiene 'absolutamente ningún temor' a ese interrogatorio, porque no hizo 'nada' censurable desde el punto de vista legal. Recordó que aún está vigente el secreto de sumario sobre la causa, por lo que todavía existen 'muchas más razones' para 'no tomar decisiones'.

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