El candidato socialista lanza propuestas y se centra en las personas y el popular queda en los números y en las viejas promesas

Pachi Vázquez aguanta el tipo ante un Feijóo que promete seguir igual

Pachi Vázquez y Núñez Feijóo, en el plato donde se celebró el debate, con la moderadora, Marga Pazos. (Foto: Lavandeira)
Quizá por los 19 años de espera por un debate entre los candidatos a presidir la Xunta de Galicia, o porque los líderes políticos no están acostumbrados a fajarse en este tipo de cuadriláteros, o por la rigidez del formato, el intercambio de golpes dialécticos entre Alberto Núñez Feijóo y Pachi Vázquez se quedó casi en debate nulo.
Casi, porque al final sí es cierto que gana la democracia y que es una buena ocasión para dejar establecidos estos encuentros con la finalidad de que el ciudadano pueda apreciar a quién le están entregando el futuro de su país, como pueden hacerlo los periodistas que asisten a los plenos del Parlamento gallego.
Contra todo pronóstico, Pachi Vázquez, un político con más proximidad a la gente que facilidad para la retórica, consiguió golpear primero a un Feijóo que comenzó muy nervioso y dubitativo con su discurso mil veces repetido y sus promesas de siempre. El candidato socialista tiró de los problemas que preocupan a la sociedad, de políticas para combatir el paro, de no cobrarle los medicamentos a los pensionistas, de apostar por la educación y sanidad públicas... De la gente. El candidato del PP volvió a recurrir al mantra que lleva toda la legislatura repitiendo. Feijóo mencionó tantas veces a Andalucía que llegó un momento en el que Vázquez le preguntó si habían acudido a hablar de Andalucía o de Galicia al debate.
En los dos primeros bloques temáticos de 20 minutos dedicados a economía y políticas sociales, Pachi Vázquez se impuso a los puntos a un Feijóo que acostumbraba a vapulearlo en el Parlamento. Pero anoche el socialista encontró la manera de percutir en las políticas implementadas por Feijóo y por Rajoy. 'Usted presume de tener el déficit niquelado, pero tiene que reconocer que es el campeón del paro', le dijo. Entre los números que expuso Pachi Vázquez y las cifras con las que contrarrestó Feijóo enseñando las tan poco televisivas gráficas y comparándose con otras autonomías, al final la cuenta que vale la hace la persona que se ha quedado sin empleo.
Feijóo consiguió recuperarse hacia el final del debate para igualar el tanteo. Incluso se sacó un conejo de la chistera, que consistió en una carta del consejero delegado del PMI anunciando que todo marcha según lo previsto y una visita esta semana a los astilleros de Freire y Valiña para estudiar la posibilidad de construir los remolcadores prometidos. Vázquez lo invitó a que sacase el contrato pero Feijóo leyó que 'si se hace público queda automáticamente anulado'. También le reclamó la auditoría de KPMG que garantizaba la viabilidad de la fusión de las cajas, lo acusó por las preferentes y le reprochó la paralización del hospital de Vigo. Uno y otro se echaron la culpa.
Vázquez sorprendió con un buen puñado de promesas, como 25.000 becas-contrato para los jóvenes, impuestos a la banca y a las grandes fortunas, más impuestos a los centros comerciales, supresión del copago sanitario, eliminar las subvenciones a los colegios que segreguen. derogar el decreto del plurilingüismo. Feijóo, seguir igual.

Te puede interesar