Los minipisos y las urbanizaciones improvisadas no figuran en los planes de la Consellería de Vivenda

Los pisos crecen y se hacen más confortables

A conselleira de Vivenda e Solo Teresa Táboas Veleiro
Las viviendas del futuro serán amplias, luminosas, accesibles y sostenibles porque así lo establecen las Normas do Hábitat Galego, ya en vigor. La polémica normativa autonómica, una de las de mayores garantías de calidad en la edificación, aumenta hasta un 50% los espacios habitables y establece mejoras en el conjunto de los edificios.
Más que una aventura, comprar un piso viejo es un riesgo para el aspirante a propietario. Si la búsqueda se limita a las zonas céntricas de las ciudades, aumentan las posibilidades de sorpresa. Lo que en el escaparate de una inmobiliaria se ofrece como un apartamento céntrico para reformar es en realidad una vivienda oscura que sólo recibe luz de un patio interior por un ventanuco minúsculo.

En el peor de los casos la humedad impide diferenciar el color de las paredes, la madera del suelo cruje en cada paso y las cañerías son una amenaza permanente. Las que presentan deficiencias que desafían el umbral de la habitabilidad son viviendas de los cascos históricos, pero también las hay en zonas de construcción más reciente.

Los inconvenientes también se encuentran en pisos que no pasan de la treintena. Algunos están en edificios que en los ochenta llevaban de serie la antena parabólica, pero que a día siguen careciendo de luz natural suficiente por una mala planificación en el momento de la construcción.

Es de la falta de luz es un problema generalizado. Según el Instituto Galego de Estadística (IGE), los ocupantes de 110.000 hogares tienen que recurrir a la iluminación artificial para suplir esas carencias. Y hay más: una cuarta parte de los casas tienen problemas de humedades y el 7% goteras. Los vecinos del presente pagan la improvisación del pasado.

Corrección de deficiencias

Aunque el decreto autonómico de 1992 cubrió algunas de estas lagunas y el Código Técnico de Edificación, vigente en toda España desde hace un par de años, corrigió buena parte de las deficiencias, la Consellería de Vivenda aumenta los niveles de exigencia con las Normas do Hábitat Galego que, tras ser aprobadas por el Consello de la Xunta en diciembre y publicadas en el Diario Oficial de Galicia, entraron en vigor el pasado jueves.

Las viviendas cuyo permiso de construcción se tramite a partir del 17 de abril no podrán ser inferiores a 40 metros cuadrados (el anterior decreto fijaba en 26 m2 la superficie mínima). Tanto el salón, como la cocina, comedor y dormitorios deberían ser exteriores, con la excepción de un dormitorio o la cocina que podrán dar a un patio interior (cuya superficie mínima pasa de 9 a 16 m2). La altura de cada planta pasa de 2,5 a 2,70 metros y la del bajocubierta de 1,50 a 2,40 metros y las ventanas cenitales están permitidas siempre que no sean el único punto de luz natural.

El salón, que tendrá como mínimo 16 metros cuadrados, debe disfrutar de una hora de sol directo en el mes de diciembre. La superficie mínima de la cocina, cuando no vaya integrada en el comedor, se amplía hasta los siete metros; la del dormitorio doble a 12 metros y la de la habitación individual a 8 metros.

Mejor accesibilidad

Para mejorar la accesibilidad de los pisos del futuro y asegurar la movilidad en una silla de ruedas, los pisos del futuro ensanchan otras dependencias; los baños pasan de 2 a 5 metros, los pasillos de 85 centímetros a 1 metro y las puertas (serán de 2,10 de alto y 0,80 de ancho). La cocina, de 7 metros cuadrados, irá acompaña de una zona de lavado y un patio vertical ventilado para tender la ropa.

La Normas do Hábitat Galego no se limitan al interior de los pisos, sino que también establecen modificaciones en los edificios. Las promociones de más de 50 viviendas contarán con espacios comunitarios de usos múltiples y todos los edificios han de reservar un almacén para reservar la basura.

La regulación obliga a instalar un sistema para recoger, depurar y reutilizar el agua de la lluvia y la procedente de lavabos y duchas; Vivenda estima que esta práctica generará ahorros de hasta el 50% en el consumo. Los proyectos de construcción deberán incluir la instalación de paneles solares que permitan calentar entre el 50 y el 70% del agua.

Los ascensores, que comunicarán todas las plantas (incluido el garaje y el trastero) serán obligatorios en las construcciones de más de tres plantas, mientras que las de menos deberán reservar un hueco para su instalación futura.

Los materiales y colores de la fachada mantendrán una armonía con los de su entorno; los bajos no podrán quedar a ladrillo o recebado de cemento y la entrada, con acceso adaptado a discapacitados, dispondrá de un soportal para refugiarse de la lluvia. La normativa también aumenta las exigencias de impermeabilización y aislamiento térmico y acústico.

Te puede interesar