Un procesado por el derrumbe de un edificio vigués se siente inocente

Uno de los nueve acusados por el derrumbe en 1999 del edificio Odriozola de Vigo -en el que falleció una mujer-, Roberto G.V., ha negado su responsabilidad en el siniestro y ha advertido de que los demás acusados, que le señalaron directamente como director de la obra de demolición del inmueble contiguo, le acusan porque 'quieren echarle el muerto a alguien'.
En la vista que se ha iniciado el lunes en el juzgado de lo Penal número 2 de Vigo, ha declarado como principal acusado, ya que tanto la Fiscalía como las acusaciones particulares le responsabilizan de haber dirigido la demolición del edificio de al lado del Odriozola.

La Fiscalía le hace responsable de una demolición realizada sin las más elementales medidas de seguridad y sin que tuviera capacitación profesional o técnica para ello.

No obstante, Roberto G.V. ha manifestado ante el juez que él no había sido contratado para realizar la demolición, sino para retirar escombro con una pala excavadora y un camión. Asimismo, ha explicado que desconocía la existencia de un proyecto técnico de derribo o de un plan de seguridad y salud de la obra, ya que no era su cometido.

Ante las preguntas del fiscal sobre las declaraciones de otros acusados -los socios y administradores de la empresa propietaria del inmueble a demoler- que dicen que fue contratado para hacer esa demolición, Roberto G.V. justificó esas manifestaciones alegando que 'querrán echarle el muerto a alguien'.

En todo caso, el acusado ha reiterado que no dio órdenes a nadie para que realizase la demolición, obra que atribuyó a otra empresa, Marsío, cuyo responsable está citado como testigo, pero no imputado.

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