crimen machista

El rastreo de los móviles, pista a seguir en el crimen de Vigo

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El detenido fue llevado hasta la casa de sus padres en Candeán para presenciar un registro policial

La Policía apuró ayer en Vigo hasta el último minuto en busca de pruebas que relacionen a César Adrio con la muerte de la joven Ana Enjamio a cuhilladas cuando regresaba a su domicilio después de una cena de empresa a la que también asistió el detenido, compañero de trabajo y expareja. Una vez conseguida la "ruta" del móvil del sospechoso, localizando los antenas a las que se conectó en la madrugada del crimen, los agentes se centraron en intentar localizar el arma empleada en el brutal ataque y el teléfono de la víctima, dos piezas claves en la investigación.

A primera hora de la tarde de ayer, y tras solicitar por la mañana una nueva orden de registro al juzgado, el detenido acompañado de varios policías, la comisión judicial y su abogado se dirigieron a la vivienda en la que residía hasta el día de su arresto, en el Camino de Fonte Escura, en la parroquia de Candeán. De allí salieron una hora después con varias bolsas para su posterior análisis.

También ayer, una grúa retiraba de la avenida de Madrid, en las proximidades del portal de la víctima, el turismo que Ana había comprado un mes antes. Se da la circunstancia de que la rueda delantera derecha se encontraba pinchada.

La noche del viernes 16, la víctima no utilizó su vehículo para ir a la cena de empresa, y regresó con una compañera, que la dejó frente a la cada en la que vivía y donde supuestamente la estaría esperando su agresor.

Metadatos

La Policía también solicitó los metadatos del móvil de la víctima. El objetivo es intentar situar tanto al detenido como a la joven. Un sistema que fuentes consultadas aseguraban puede tener un error de poco más de un metro, por lo que podría ser vital a la hora de situar al sospechoso en el portal.

César Adrio fue requerido desde un primer momento por la Policía, presentándose a declarar voluntariamente en la Comisaría el sábado. En su declaración aseguró que después de salir de la cena se había ido a la casa de sus padres, en Candeán, donde se duchó antes de irse a recoger a sus hijos que se encontraban con su madre en otra localidad. Ese mismo día, todo parecía indicar que el sospechoso de la muerte de la joven ingeniera era su compañero de trabajo, con el que había mantenido una relación que terminó ella. Al parecer, ambos llegaron a compartir durante algún tiempo un piso, alquilado, que el sospechoso del crimen mantenía todavía, pese a lo que vivía con sus padres. Está previsto que hoy pase a disposición del Juzgado de Violencia sobre la Mujer de Vigo, encargado del caso desde el momento en que se consideró este crimen como violencia de género. La juez decretó el secreto del sumario. La Policía Nacional ha prolongado la detención en sede policial al máximo, habida cuenta de que el plazo del arresto preventivo es de 72 horas y de que César Adrio fue detenido el domingo en el hospital Álvaro Cunqueiro, donde ingresó tras autolesionarse.

La investigación policial se centró desde un primer momento en las relaciones personales de Ana. El mismo sábado, pocas horas después del macabro hallazgo, César Adrio se presentó a declarar. También fue llamada para recabar información la joven que llevó a la víctima hasta su casa después de la cena y la dejó delante del portal. Al igual que él, por la Comisaría pasó el exnovio de la víctima. Un joven que aquella misma mañana había aparecido en el domicilio de la avenida de Madrid. Llegó cuando en el lugar ya se encontraban los agentes y había sido cortado el carril lateral de la calle.

El que hubiera sido su pareja antes de la relación con su compañero de trabajo comentó que a lo largo de la noche habían intercambiado varios mensajes y que la había llamado varias veces y al no responder al teléfono decidió ir para ver si le había pasado algo.

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