EXPLOSIÓN EN VIGO

Roban un cajero vigués de NCG Banco volándolo con gas

El sistema fue utilizado hace más de un año por una banda que asaltó tres entidades en la zona.

El robo es el móvil que baraja la investigación abierta por la Policía Nacional sobre la explosión que se registró en la madrugada de ayer en el cajero de la oficina de NCG Banco, en la calle Canteiros, a la altura del número 164, en la parroquia de Matamá, provocada mediante el procedimiento de gas inyectado.  Este sistema, poco frecuente entre los grupos de atracadores, fue utilizado hace poco más de un año por una banda detenida por la Guardia Civil y a la que se le imputaron tres atracos en Vigo y su comarca. Los vecinos de la zona aseguraron que "debió ser muy rápido porque cuando salimos al balcón ya no había nadie", explicaba Antonio Gonda. Sólo un joven que vivía encima de la sucursal dijo haber visto un coche. Por su parte, fuentes de  NCG Banco manifestaron que fueron dos encapuchados los autores del asalto.

Informe
El informe elaborado por Policía Científica y el grupo de desactivación de explosivos (Tedax) concluye que se inyectó gas en el habitáculo del cajero automático desde el exterior. El gas fue explosionado desde el exterior utilizando para ello  artefactos de pirotecnia. Previamente, y según manifestó uno de lo s vecinos del primer piso del inmueble en el que está la entidad bancaria "se escucharon unos golpes muy fuertes en la puerta, como si le estuvieran golpeando con un martillo". Casi inmediatamente se escuchó la explosión y pese a que algunas personas se asomaron a las ventanas y terrazas apenas pudieron ver un coche que huía a toda velocidad por la calle Miguel Cominges, tal y como aseguraba Marcos, cuyo piso se encuentra justo encima del cajero.
La explosión se encuadra, según indicaron fuentes policiales consultadas por este periódico "salvo sorpresas", dentro del ámbito de la delincuencia común, por lo que se descarta la hipótesis de un sabotaje. Queda por determinar todavía  la cantidad de dinero que se pudieron llevar del cajero, ya que la entidad financiera debe hacer un recuento electrónico en el que debe restar el que retiraron los clientes  durante el fin de semana y los billetes que aparecieron quemados junto a la cabina.
La deflagración afectó tanto a la cabina del cajero como al cristal de la puerta de acceso a la oficina bancaria, que pese a todo abrió ayer  al público en su horario habitual, mientras que los operarios procedían a sustituir los cristales rotos y a retirar los restos del cajero y los vecinos comentaban en la puerta lo que había ocurrido aquella madrugada en la parroquia

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