Los encargados no escatiman medios para reducir los riesgos al mínimo
La seguridad es la principal preocupación de federaciones y organizadores de pruebas deportivas de automovilismo. Todos son conscientes que la práctica de este deporte conlleva un riesgo, tanto para participantes como para espectadores, y no se escatiman en esfuerzos para reducir al mínimo la posibilidad de sufrir daños físicos. Pero en determinadas ocasiones, en muy contadas, estos esfuerzos no son suficientes.
Las propias federaciones ponen a disposición de sus asociados medios para colaborar en la seguridad de las pruebas, que estos unen a los que ellos mismos contratan y convenían para sus competiciones.
Así, en la salida de cada tramo cronometrado es obligatorio disponer de una ambulancia preparada para intervenir y si el tramo es superior a los 12 kilómetros, es necesario disponer de otra unidad situada en una zona intermedia a disposición de la dirección de carrera para actuar, así como un médico. Además, de un tiempo a esta parte las propias federaciones disponen de vehículos denominados "R", que acuden a cada prueba, y que están equipados con material de excarcelación y de primeros auxilios médicos. Para conducir estos vehículos se cuenta con un ex piloto o una persona que ha tenido vinculación con la competición, que además dispone de conocimientos de excarcelación. Como copiloto, un médico experto en primeros auxilios y reanimación, que será el que determine en contacto con dirección de carrera el protocolo a emplear, además de viajar también en este vehículo de “Rescate”, una tercera persona, concretamente un enfermero.
Planes obligatorios
En cada rally del Campeonato de España y de Galicia es obligatorio contar con un Plan de Seguridad, un documento elaborado por la organización y que debe de contar con la aprobación de la federación competente. En el mismo se recoge de manera minuciosa y explicativa las actuaciones a realizar en cada momento. Todas las decisiones deben de pasar por dirección de carrera, el centro neurálgico de la competición en donde se toman las decisiones en cada instante de acuerdo con las informaciones realizadas desde el terreno. Además, cada prueba cuenta con un jefe de seguridad, cuya misión es velar en todo momento por la seguridad de las personas, del público, organización y participantes, y que a su vez suele contar con un jefe de seguridad en cada tramo, que le informa del estado y de las incidencias, además de un jefe de tramo, que reporta directamente sus informes a dirección de carrera.
Pero la cadena para hacer más seguros nuestros tramos no finaliza aquí. A lo largo de cada especial cronometrada se disponen de integrantes de Protección Civil y de agrupaciones de radio aficionados, además de comisarios de ruta o "banderas”"que son los encargados de vigilar el paso de los vehículos y de avisar de inmediato en caso de producirse un incidente en su zona. A todo ello, hay que añadir la presencia de agentes de la Guardia Civil en diferentes puntos del recorrido, que en muchas ocasiones, en zonas de gran concentración de público, se suelen ver acompañados por los efectivos del Grupo de Reserva y Seguridad (G.R.S.) del instituto armado, y cuya misión es también velar por el comportamiento del público y que se respeten las recomendaciones realizadas por la organización.
Además, los agentes de la Guardia Civil de Tráfico también forman parte de este dispositivo de seguridad, realizando el corte de las carreteras y también recorriendo el tramo antes del paso de los vehículos participantes para comprobar que el público está bien situado.
