Sustituir el Caribe por los Balcanes

El descenso del presupuesto familiar habilitado para las vacaciones está impulsando un traslado en la elección de los destinos, de forma que parte de los que antes pensaban en estancias en el Caribe, ahora dirigen sus miradas hacia objetivos más humildes, como el Báltico o países centroeuropeos como los balcánicos, Croacia o Bulgaria.
La falta de confianza en el futuro económico hace que muchos vigueses decidan emprender sus vacaciones con un presupuesto menor, pese a que los precios no sólo se mantienen igual que el pasado año sino que en muchos casos son más bajos, por temor a que en un futuro su situación económica empeore. ‘Esta situación afecta al turista de clase media y media-baja, según los expertos, ya que el prototipo de viajero de clase alta sigue viajando igual’, señala Manuel Fernández, gerente de la agencia Viajes Karma, en la calle Camelias. ‘El turista del segmento social intermedio acorta el radio de sus viajes’, aclara.

Descartado el Caribe, se está extendiendo la demanda de este tipo de turistas a las capitales bálticas, como Croacia o Bulgaria. Karma, además, dispone de un tipo de oferta para colectivos reducidos que se encuadran en su Club de Viajeros Solitarios, con el que realizan unas 12 salidas anuales a destinos y circuitos poco frecuentes, como África. ‘De momento, funciona bien y aún no ha sufrido la crisis’, declara Fernández.

Las fuentes consultadas también coinciden en que otras vías de planificación de las vacaciones, como internet, más que posicionarse como competencia, ha resultado un complemento. ‘Internet permite conocer las características del destino, como el hotel en que se van a alojar, sin tener que visitarlo antes’, indica el gerente de Karma.

Tradición

Eso sí, a la hora de contratar, la gente huye de dar sus claves en internet y prefiere acudir a una agencia de confianza para abonar el viaje, porque sabe que dará garantías sobre el servicio contratado y allí pueden acudir para poder reclamar en caso de que surgiese algún problema. Sin embargo, la Red está ganando terreno a las oficinas tradicionales dedicadas a la organización de viajes.

Las agencias coinciden en que la competencia es feroz, y prue ba de ello es la publicidad con la que nos invaden estos días en todos los medios de comunicación. Todo indica que quienes saldrán perdiendo de esta lucha serán las pequeñas agencias, muchas de ellas franquiciadas, que no pueden luchar contra las ofertas que ofrecen las ya consolidadas que operan con un gran volumen de dinero y una cartera de pedidos que les permite raelizar mejores ofertas a sus potenciales clientes.

‘Intentar competir igualando precios es contraproducente. Hay que dar valores añadidos y ofrecer servicios que las grandes no dan; tenemos que ser profesionales y dar confianza al cliente, ser sus asesores’, concluye convencido el gerente de Viajes Karma, Manuel Fernández.

Las agencias quieren fidelizar al cliente

Las agencias de viajes están buscando nuevas fórmulas para mantener el mercado en lo que se prevé será una larga crisis. Los principales representantes del sector en España destacaban recientemente, en el Foro Hotusa de turismo, que todas las estrategias pasan por fidelizar al cliente, conseguir que el usuario acuda a una en concreto y que no vayan de una en otra, que es lo que está ocurriendo actualmente.

Los expertos señalan como los problemas básicos a los que se enfrentan la competencia desleal, el gran número de empresas que operan en el mismo sector, el daño que está haciendo el concepto low cost y la inmensa dependencia que tienen los clientes hacia los buscadores.

De todas formas, la crisis se está notando. Según las estimaciones del propio sector, ya se ha llevado por delante en España a unas 1.500 agencias de viaje, de unas 11.000 que existen actualmente. Muchas de estas oficinas son microempresas con dos o tres trabajadores, ubicadas generalmente en los barrios de las ciudades.

El turista, por su parte, ha redu cido ya su gasto en torno al 10 por ciento, bien invirtiendo menos en restauración, bien buscando y alojándose en hoteles de inferior categoría. Además, ahora los clientes optan por el ‘city break’, un sistema que consiste en desplazamientos de fin de semana o de un puente a una ciudad europea con la que haya vuelo directo.

Es un producto que se ha puesto de moda durante los últimos meses, mediante el cual los turistas suelen realizar tres o cuatro viajes al año de estas características.

Pese a todos, en el sector están convencidos de que la situación comenzará a remontar el próximo año, 2010, porque una crisis no dura toda la vida.



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