En sus páginas, el lector puede encontrarse con situaciones absurdas e irreales que llenan de comicidad cada escena. Algunas de ellas protagonizadas por personajes tan variopintos como Alma Mahler, quien, en medio de un musical, es infiel a reconocidos artistas como Walter Gropius, Gustav Klimt, Karl Popper y Ludwin Wittgenstein.
En 'Pura Anarquía' el autor describe, además, una serie de historias que se caracterizan por un elevado surrealismo, y escenas tan absurdas como la protagonizada por el director de unas colonias de verano que mantiene una correspondencia epistolar con el padre de uno de los niños.
EL DIVÁN DE ALLEN
Como es habitual, el ambiente de las consultas psiquiátricas es el elegido por el cineasta para uno de los relatos en el que los doctores acaban peor que sus pacientes. Además, dentro de la sociedad estrafalaria que plasma en sus textos, quizás por su experiencia o fruto de su imaginación, el director de cine describe a unos actores dispuestos a hacer lo que sea por comer.
El tema neurótico es tratado abiertamente en 'Pura Anarquía', al igual que la esencia de lo absurdo y lo humorístico propia de Allen. En concreto, el autor describe a todos los ingenuos que cargan el móvil con sólo frotarlo contra una de sus mangas, y a los que se les intenta vender cosas tan absurdas como trajes que exhalan olores.