Y BEBER

Albariño atlántico a orillas del océano Pacífico

Marimar Estate finca_resultado

El  Oeste parace el punto cardinal adecuado para el cultivo del Albariño. Galicia es tierra de Albariño, desde Monterrei hasta las laderas de la península do Morrazo. En realidad, Galicia es la tierra del Albariño. Su nombre mismo lo delata. También Portugal, donde es Alvarinho, sobre todo al otro lado del Miño. A principios de este siglo, Marimar Torres, decidió plantar en sus viñedos de California, cepas gallegas de Albariño. Allí tiene su bodega, Marimar Estate, con viñedos en los valles de Sonoma y el Russian River. Son viñedos que se encuentran entre 12 y 16 kilómetros  de distancia del Océano Pacífico. Primero probó en Sonoma, en el viñedo “Doña Margarita” que lleva ese nombre en honor a su madre. Pero las noches resultaban especialmente frías y allí la uva no maduraba, pese a que los días eran cálidos.  En 2006  plantó 1,2 hectáreas, 3 acres, que es como miden en Estados Unidos las superficies, siguiendo el sistema anglosajón, en el viñedo “Don Miguel”, situado en el valle del río Ruso, o Russian Valley. También son frías las noches, pero no tanto como en Sonoma. La imagen que tenemos de California, tal vez por las historias de don Diego de la Vega, el Zorro, es de un estado más bien caluroso y seco. Pero las nieblas del Pacífico hacen que este Albariño se parezca más al del Salnés que al que se cultiva a orillas del Miño, en O Rosal, el Condado o incluso en el Ribeiro. La prueba es que tras la fermentación alcohólica, tiene que hacer una segunda fermentación maloláctica, como en la subzona de Rías Baixas que tiene a Cambados como su capital indiscutible.

Es un vino singular, realment, y con un gran mérito. En primer lugar, porque el clima y la tierra encajan muy bien con la variedad. En segundo, y para mí el más importante, porque en un país como Estados Unidos, y en general en toda Norteamérica, porque en México sucede lo mismo, parece que solo hay uvas francesas: Chardonnay, Pinot noir, Cabernet sauvignon... Pues no. Marimar Torres ha recuperado para la viticultura nacional un territorio que ya habló español en tiempos de los californios y seguramente bebían vino de variedades españolas. Aunque no tan buenos como éste.

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