Hace 90.000 años se cocinó la primera mariscada de la que hay testimonios. Fue 30 kilómetros al sur de Lisboa, en la gruta de Figueira Brava y la consumó un grupo de los últimos neardentales que vivieron en la península Ibérica, segun la revista Fronteras en Arqueología Ambiental, reconocida publicación que recoge los hallazgos más importantes descubiertos en las lejanas fronteras del alba de la humanidad.
Los hallazgos desvelan que los neardentales capturaban ejemplares de buen tamaño de buey de mar, que luego eran cocinados al fuego. El buey es la especie más abundante descubierta en la cueva aunque también había algunas centollas, así que podemos decir que eran mariscadas en toda regla y por la cantidad de restos, que fueron frecuentes. ¿Será nuestro porcentaje neardental el que nos ha legado el gusto por el marisco?
