Vender leche no hace ricos a los ganaderos. Pero aprovechar la leche para elaborar queso es otra cuestión.
Una pequeña quesería en Orto, un lugar de la parroquia de Boqueixón, libró a la familia propietaria de la misma de tener que vivir la experiencia de un sector que se empobrece a medida que pasan los años. Vender leche no hace ricos a los ganaderos. Pero aprovechar la leche para elaborar queso es otra cuestión. Sobre todo si, como es el caso de Bo Queixo, se opta por apostar por productos que están amparados por el sello de dos denominaciones de origen protegidas: Arzúa-Ulloa y Tetilla. Bo Queixo tiene una producción media de 25.000 kilos anuales que destina al mercado gallego.
Es posible encontrar sus elaboraciones en pequeños supermercados, tiendas de alimentación, tiendas gourmet, ya que no distribuyen a grandes áreas ni cadenas de supermercados.
Así que, sin la presión de las grandes distribuidoras, ni la angustia por los bajos precios de la leche, la familia propietaria de Bo Queixo trabaja a diario, en medio de un paraje natural, a pocos kilómetros de Santiago de Compostela.
Para la elaboración de sus quesos utilizan leche de vaca entera y pasteurizada procedente de las razas autorizadas por ambas denominaciones de origen protegidas: rubia gallega, frisona, pardo alpina y sus cruces.
El Arzúa-Ulloa es un queso que presenta corteza fina y elástica, de color amarillo, brillante, limpia y lisa. La pasta es de color entre blanco marfil y amarillo pálido, con ojos pequeños de distribución irregular. Es ligeramente salado, con aromas a leche fresca y a mantequilla a medida que madura, y un equilibrado punto de acidez. Lo venden en distintos tamaños, a partir de la pieza más pequeña que es la de medio kilo.
En cuanto al Tetilla, las características organolépticas son muy semejantes al Arzúa, salvo por su maduración que es ligeramente mayor, lo que incide en un menor punto de acidez. Su principal rasgo de distinción es su forma, que es la que le da el nombre. Bo Queixo ha ganado varios premios. Los más recientes fueron la medalla de oro y plata respectivamente en la cata de los quesos de Galicia para las variedades Arzúa-Ulloa y Tetilla. Con anterioridad ya había ganado medallas de plata en el mismo concurso oficial.
La familia propietaria, que es la que trabaja día a día en la quesería, ha decidido abrirlo al público, de manera que se pueden realizar visitas y degustaciones in situ, previa cita.
