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Las cabinas telefónicas se enfrentan a los últimos días de su vida

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photo_camera Una cabina telefónica en la calle Dr. Fleming en Ourense.

Fueron imprescindibles durante décadas. Incluso no era raro que hubiese cola para poder utilizarlas. Hoy, están en lista de espera para su desaparición total. Las cabinas telefónicas, que formaron parte indisoluble del paisaje urbano de todas las ciudades y pueblos de Europa se encaminan hacia la extinción.

En Ourense todavía quedan 37 cabinas y en Vigo, alrededor de 160. Pero su destino es la desaparición, una situación que podría llegar a partir del 31 de diciembre, fecha en la que finaliza el contrato que el gobierno de España mantiene con Movistar, la antigua Telefónica, para el mantenimiento de las cabinas en las calles de las ciudades y villas de nuestro país.

Lo que durante décadas fue un servicio público, el único acceso a la telefonía para la mayoría de los españoles, ahora es un objeto sin uso del mobiliario urbano que sigue una inexorable carrera hacia la extinción: el último año del siglo pasado quedaban en España cien mil cabinas telefónicas. Hoy la cifra apenas supera las 20.000. La telefonía móvil las ha sentenciado.

¿Desaparecerán del todo? Probablemente queden relegadas a aquellas áreas en las que la cobertura celular resulte más dificultosa. Las cabinas, los teléfonos públicos, siguen el mismo camino que otras tecnologías que revolucionaron las comunicaciones en el siglo XX y que el mismo siglo devoró con los avances que en él se desarrollaron, como sucedió con la telegrafía y las comunicaciones vía télex. Sin embargo, aunque tales soportes han quedado fuera de uso, los modos de comunicación que generaron todavía prevalecen.

La economía de expresión de los telegramas, la encontraremos en los tuits que millones de personas emplean para comunicarse a través de Twitter. La conversación que a partir de la década de 1920 permitía el télex, entre dos usuarios a través de un hilo telefónico o telegráfico utilizando el teclado de una máquina de escribir se asemeja al que hoy día se utiliza en los distintos tipos de chats o conversaciones a través de aplicaciones como las que ofrecen Google y Facebook.

Son herramientas que la generación de los nacidos a partir de 2001 domina a la perfección. La generación que no utilizará ni cabinas telefónicas, ni télex, ni tan siquiera una máquina de escribir. 

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