A la centolla no le gusta el buen tiempo

Centolla de Bueu
photo_camera Centolla de Bueu

A diferencia de colleiteiros y bodegueros, que siempre ponderan cada cosecha aunque unas sean mejores que otras, en el sector de la centolla la campaña siempre comienza con un lamento. Si abundan, porque bajan los precios. Si escasean, porque no hay ganancia porque en lonja no pujan. Este año la temporada en la costa atlántica (en el cantábrico comienza siempre unas semanas más tarde) comenzó con poco género porque el veranillo de San Martiño no las anima a salir. A la reina del marisco de invierno le gustan los tiempos revueltos desde el punto de vista meterológico.

Si va a comprar una centolla, caro lector, elija un macho. Sus patas tienen más comida y el cuerpo también. Ojo con el tamaño. ¿A quién no le tienta un cáncamo de 4 kilos? Es como jugar a la ruleta. Si sale bien, es una gloria. Pero no siempre sucede.

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