La cesta de la compra se ha encarecido de manera significativa, especialmente en los últimos seis meses. Las alarmas saltaron con el aceite de girasol que triplicó su precio en poco más de un mes, cuando todavía no se vivían más consecuencias que las meramente especulativas, de la guerra en Ucrania. Los costes se han disparado en productos como la leche, el pollo, la carne… Pero ¿qué pasa con el conejo? Hasta ahora ha resistido los embates de la inflación con más fortuna que otros productos de la carnicería. Es buen momento para aprovechar y disfrutar de un alimento saludable y que se presta a muy apetitosas recetas (al ajillo, a la cazadora, en pepitoria, hasta en empanada), antes de que también le llegue la hora porque más temprano que tarde, los productores del sector cunícola también se verán abocados al alza de precios.
